Desarrollar políticas e iniciativas que incorporen los determinantes sociales de salud (DSS) es fundamental para mejorar los resultados en salud. Así se expuso durante la jornada ‘Determinantes sociales de la salud: de la teoría a la práctica. Impulsando la equidad’, un foro de debate entre expertos y decisores organizado por el Hospital La Paz, junto a MSD.
Implementar medidas que mejoren los niveles de eficacia de las actuaciones sobre los DSS de manera coordinada entre sectores y niveles de gobierno es fundamental, tal y como expuso Mario Fontán Vela, vocal asesor del secretario de Estado del Ministerio de Sanidad, en la ponencia inaugural.
Además, Fontán recalcó que una de las principales causas de mala salud en la población es la desigualdad social. Y, en este contexto, apuntó que desde el Ministerio de Sanidad están trabajando para “mejorar el estado de salud de la población a través de políticas de salud que siguen el marco de DSS para entender cómo la desigualdad es generadora de enfermedad y que las acciones tengan un enfoque de equidad en salud”. “Una mejor salud de toda la población, reduciendo las desigualdades sociales en salud, es garantía de una mayor cohesión social”, concluyó.
La jornada también fue inaugurada por Javier Cobas Gamallo, subdirector gerente del Hospital La Paz y Cristina Nadal, directora ejecutiva de Government Affairs de MSD en España, quien destacó que “la búsqueda de la equidad en salud está en el ADN” de la compañía. “Encuentros como este nos permiten reflexionar de manera colaborativa y pluridisciplinar sobre las medidas a adoptar, a través de un abordaje multisectorial y con un enfoque práctico, para ayudar al sistema sanitario en la búsqueda de soluciones que reduzcan las inequidades en salud y mejoren la calidad de vida de los pacientes”, recalcó Nadal.
Condiciones de riesgo
Tal y como los define la Organización Mundial de la Salud (OMS), los DSS engloban el conjunto de circunstancias a través de las cuales las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, así como aquellos aspectos que condicionan la existencia de desigualdades con impacto en la calidad y esperanza de vida de las personas.
En este sentido, se calcula que los resultados en salud dependen en un 27% de factores biológicos y genéticos, en un 43% de los estilos de vida, en un 11% del propio sistema sanitario, y en un 19%, de las condiciones medioambientales. Además, las personas con un menor acceso a la educación, una ocupación laboral más precaria o menores ingresos suelen padecer más problemas de salud y son más proclives a fallecer en edades más tempranas.
Precisamente, Joan Clos, exdirector general de ONU Hábitat, médico y exalcalde de Barcelona, comentó que en la actualidad predominan como DSS las enfermedades crónicas. “Los factores de riesgo son diversos y no necesariamente unívocos, por lo que la prevención de riesgos tiene una importancia capital”, aseguró.
Por su parte, Ángel Abad, médico adjunto a Gerencia, Salud y ODS del Hospital La Paz, afirmó que en su centro incorporaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a su estrategia en el año 2021. “Los ODS son los determinantes sociales de la salud que protegen y generan la salud en las personas, es decir, son el faro que nos guía hacia la salud global”, expuso. “Por lo tanto, el objetivo es tomar decisiones, en todos los ámbitos, basándonos en un modelo de DSS, con el foco puesto en la salud global”, declaró.
Adaptarse a los desafíos
Asimismo, los ponentes coincidieron en la necesidad de incorporar los determinantes ambientales, con una “visión ecosistémica y desde la perspectiva ‘One Health’”, junto con los determinantes sociales. Y es que la contaminación atmosférica o acústica, la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la desigualdad, el envejecimiento, el acceso a la vivienda y otros condicionantes sociales, cada vez cobran mayor relevancia y afectan más a la salud. Todo ello con el fin de desarrollar “políticas para un hábitat más sostenible, saludable e inclusivo, que repercuta de manera positiva en los resultados en salud a medio y largo plazo”.
Del mismo modo, aludieron a las enfermedades de alto impacto para el sistema, cuya aparición y evolución son especialmente sensibles a los DSS. Cabe destacar el cáncer, ya que se calcula que más de la mitad de los casos pueden atribuirse a DSS que afectan al riesgo de desarrollar la enfermedad, a la detección temprana y a las posibilidades de supervivencia; o el VIH, que se ve afectado por factores sociales y estructurales, el estigma y los trastornos psicológicos, así como las diferencias territoriales en el acceso a tratamientos.
“Es fundamental desarrollar criterios de evaluación y establecer indicadores que contribuyan a medir la eficacia de las intervenciones sobre los DSS que afectan a estas enfermedades”, explicaron los participantes de la jornada. Una necesidad que aplica también a otros ámbitos de la asistencia sanitaria, como las campañas de vacunación a lo largo de toda la vida, para identificar avances necesarios que permitan alcanzar con mayor celeridad una inmunoprotección más amplia y equitativa.
Finalmente, en el encuentro se dieron a conocer algunas de las iniciativas puestas en marcha en el ámbito regional (Andalucía, Asturias, Galicia y el País Vasco) para integrar la actuación sobre los determinantes sociales en sus respectivas Estrategias de Salud 2030. Unas medidas que incluyen la capacitación y formación en DSS de los profesionales de la salud, el fomento de modelos de atención sanitaria más centrados en las condiciones sociales y necesidades individuales de cada paciente, una mayor equidad en el acceso a los servicios sanitarios, y el uso de las nuevas tecnologías con el fin de recopilar y analizar datos sobre DSS que contribuyan a monitorear los resultados de los programas de salud pública y mejorar la planificación de las intervenciones futuras.
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