Si hay un instrumento reconocible en la política farmacéutica española de las dos últimas décadas, ése es el Sistema de Precios de Referencia (SPR). Sujeto a un incesante vaivén normativo en estos 21 años, las reformas aprobadas desde la Administración, no siempre con un criterio claro, han terminado por diluir las cautelas y garantías que presidían el sistema en su primera etapa, sustituyéndolas por un enfoque en el que progresivamente ha primado el ahorro económico y derivando, al fin, en una situación de enorme inseguridad jurídica y gran litigiosidad.
Hoy son muchos los problemas que acumula el SPR, especialmente dos. En primer lugar, no responde bien a las particularidades y complejidades que presentan los productos biotecnológicos, ya que su diseño está pensado para productos menos complejos. Esto se ha visto claramente con las sentencias del Tribunal Supremo de 2014 que declararon nulos un buen número de conjuntos del sistema, la mayoría de ellos referidos a biológicos.
A la vista a los problemas del SPR, la única solución apunta a la reactivación del anuncio de principios de 2018 para modificar el funcionamiento del sistema
En segundo lugar, no discrimina principio activo de vía de administración, lo que ha llevado a equiparar productos con costes de producción muy diferentes, una visión “muy simplista”, a juicio de Juan Suárez, abogado de Faus & Moliner, que presenta su ejemplo más paradigmáticos en los dispositivos de autoinyección de adrenalina, unos dispositivos con unas prestaciones muy alejadas de las clásicas jeringas precargadas, pero que se encuentran al borde de la no rentabilidad. Ya hay alguno, según este experto, que ha tenido que suspender la comercialización en España al estar por debajo de su coste de producción.
La cada vez más marcada perspectiva economicista del SPR también ha llevado a este sistema al epicentro de la polémica sobre los desabastecimientos de medicamentos. Esta circunstancia no ha pasado desapercibida para el Ministerio que, ante la previsión de una nueva bajada de precios en 2019 y en contestación a una “indeseable situación de desabastecimiento”, decidió asegurar la garantía de suministro de “medicamentos esenciales, no sustituibles por ningún otro de los actualmente financiados por el sistema” en la Orden de Precios de Referencia de 2018, no revisando el precio de algunas presentaciones.
Los expertos han reconocido las intenciones del Ministerio, pero consideran que se han quedado a medias. Será de utilidad para algunos productos, pero para otros llega tarde. Y el resto de problemas que arrastra el sistema siguen intactos. Así las cosas, la única solución a la vista a los problemas acumulados apunta a la reactivación del anuncio realizado por el Ministerio de Sanidad a principios de 2018 de modificar el actual funcionamiento del SPR, que se vio afectado por el cambio de Gobierno, primero, y por el adelanto electoral, después.
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