La mastodinia, o el dolor mamario cíclico premenstrual, se muestra como una situación de tensión y dolor mamario que afecta a dos de cada tres mujeres en etapa fértil, un 70 por ciento. Además, el 60 por ciento de ellas sufrirá episodios recurrentes, empeorando su calidad de vida. No obstante, solo el 30 por ciento de las mujeres que la sufren son tratadas.
Esta afección se caracteriza por síntomas que se presentan en determinadas situaciones, como el síndrome premenstrual o el primer trimestre de embarazo, que pueden oscilar de moderados a severos. Frecuentemente van acompañados de sensibilidad mamaria, hinchazón, edema y sensación de tensión en los senos. Algunas de las mujeres afectadas ven seriamente afectada su vida y puede provocar altos niveles de ansiedad, con una significativa repercusión en su actividad física, sexual, laboral e, incluso, en su calidad del sueño y su vida social. Aunque puede ocurrir en una sola mama, es más habitual que se trate de un dolor bilateral.
Este padecimiento es consecuencia de las fluctuaciones hormonales fisiológicas que tienen lugar a lo largo del ciclo menstrual de la mujer y que provocan cambios morfológicos en los senos. Los niveles de estrógenos aumentan desde el primer día de la menstruación alcanzando su nivel máximo justo antes de la mitad del ciclo, lo que provoca el crecimiento de los conductos mamarios. Paralelamente, los niveles de progesterona se incrementan y alcanzan su nivel máximo hacia el día 21 del ciclo, ocasionando el agrandamiento de los lóbulos mamarios, donde se hallan los conductos.
Todo ello puede generar dolor de mamas antes de la fase lútea, las dos semanas previas al periodo, que aumenta hasta el inicio de la menstruación y mejora con la llegada del sangrado. Además, es habitual en mujeres con mamas fibroquísticas. El dolor afecta en especial a las partes superiores y exteriores, aunque también se puede extender a las axilas.
Los expertos señalan que esto suele generar una preocupación extra a las mujeres, ya que las que lo padecen lo relacionan con el aviso de un trastorno o enfermedad más grave.
Escaso tratamiento
El dolor mamario ligado al ciclo menstrual afecta a más del 70 por ciento de las mujeres en edad fértil en algún momento de su vida. Sin embargo, la mayoría de estas mujeres no son tratadas, solo el 30 por ciento sigue algún tratamiento.
La mastodinia es una dolencia infra diagnosticada e infra tratada debido a que se tiene la percepción de que es una situación normal. Pero este malestar, consecuencia de los cambios morfológicos que sufren los senos con las fluctuaciones hormonales que tienen lugar a lo largo del ciclo menstrual, puede resolverse con dos líneas de tratamiento: tratamiento hormonal en casos de dolor severo sin respuesta a otras opciones terapéuticas y tratamiento no hormonal, que es seguro, bien tolerado y presenta un bajo perfil de efectos adversos.
En este sentido, una de las opciones terapéuticas más novedosas es Mastodin, de Laboratorios Viñas. Se trata de una emulsión ligera no hormonal que ayuda a aliviar la sensación de malestar que provoca la tensión mamaria. Su composición se basa en aceite de semilla de algodón, rica en ácidos grasos esenciales, y ácido glicirrético. Resulta un tratamiento útil y recomendable para el cuidado intensivo de las mamas y el pecho de la mujer. Mastodin evita la sensación de tirantez y produce un agradable confort en la zona, mejora la microcirculación local de la mama y el drenaje de la zona.
Los resultados de este producto han sido avalados por laboratorio y muestran que tras el tratamiento con Mastodin durante una media de 12 días (dos aplicaciones diarias) en 158 pacientes con mastodinia, el 84 por ciento de las mujeres refirieron mejoría en el dolor mamario y el 76 por ciento mejoría en la tensión mamaria.
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