Alcanzar la edad adulta significa experiencia, madurez profesional y cambios físicos, especialmente para las mujeres. Y es que es en torno a los 50 años cuando se entra en la perimenopausia o menopausia, un proceso lento y progresivo que afecta de manera distinta a cada mujer. Precisamente, esta es una de sus principales preocupaciones cuando alcanzan esta etapa de la vida en la que experimentan cambios emocionales y físicos en el cuerpo.

Aunque es a esta edad cuando la mujer puede sentirse muy plena en el ámbito familiar, social y/o laboral, estos cambios hormonales provocan cambios en el metabolismo. Y una alimentación adecuada y realizar actividad física de forma regular son dos grandes aliados para mantener un estilo de vida saludable y hacer más llevaderos esas modificaciones del organismo.

Cambios más comunes

Los síntomas relacionados con la menopausia pueden presentarse de forma distinta e individualizable en cada mujer. Pero, a partir de los 50 años, es frecuente que el cuerpo acumule mayor cantidad de grasa, sobre todo en la zona del abdomen. Muchas de ellas aumentan de peso debido, en parte, a alteraciones en el metabolismo, pero también a un incremento en la ingesta de calorías y la disminución del gasto energético.

Asimismo, se va perdiendo masa y fuerza muscular, lo que afecta al tono y flacidez muscular. Sin embargo, es algo que no solo depende de la edad, sino también del estilo de vida, incluyendo como factores la nutrición y la actividad física. 

Igualmente se pierde masa o densidad ósea, que provoca una mayor fragilidad en los huesos y aumenta el riesgo de fracturas. Aunque esta reducción suele afectar en mayor medida a la mujer, también está presente en hombres.

Incluso es posible que se dé un aporte inadecuado de vitamina D o exposición solar, que afecta a la absorción de Calcio y la salud ósea y muscular.

Todo lo anterior deriva en alteraciones del estado de ánimo: puede aparecer el insomnio o los sofocos y llegan los cambios de humor. En definitiva, esto se traduce en una mayor sensación de cansancio y una reducción de energía.

Proteínas, refuerzo clave

Una alimentación saludable es imprescindible en cualquier etapa de la vida, pero llegada la madurez lo es aún más. Por ello, las mujeres que quieren cuidar su alimentación y que comienzan a buscar soluciones específicas para mantener su figura, proteger su salud ósea y tono muscular y evitar el cansancio son mujeres que quieren mantenerse activas, con energía, y en su mejor momento.

Así, hay que prestar especial atención a nutrientes importantes en esta etapa de la mujer como son las proteínas, la vitamina D, el Calcio, la vitamina C y las vitaminas del grupo B.

El aporte adecuado de proteínas de buena calidad es clave para mantener la masa muscular. Se recomienda la toma de entre 20 y 25 gramos de proteínas en las principales comidas diarias y, preferiblemente poco antes de realizar ejercicio para que poder aprovecharlo mejor y para el mantenimiento de la masa muscular y ósea.

Junto con la vitamina D y el Calcio, las proteínas contribuyen a la salud de los huesos. Son nutrientes fundamentales para prevenir la fragilidad y la osteoporosis en la etapa de envejecimiento.

Un aliado nutricional

Empezar el día con un buen desayuno es la reactivación tras el ayuno nocturno. Por ello, un aliado nutricional de la mujer como Meritene ProActive, de Nestlé Health Science (NHSc), es ideal para completar la primera comida del día.

Su fórmula NutriActive contribuye a hacer frente a alguno de los cambios asociados a la etapa de perimenopausia o menopausia. Combina proteínas de alta calidad y Magnesio, que ayuda a mantener el tono muscular; Calcio y Vitamina D, que contribuyen al mantenimiento de los huesos; y otros minerales (Selenio, Zinc…) y vitaminas importantes (Biotina, B2, B12, C, Ácido Pantoténico, Niacina…), que proporcionan energía para mantener la actividad y el ritmo de vida.

Samantha Vallejo-Nájera, embajadora de Meritene ProActive

La fórmula de Meritene ProActive está especialmente diseñada para dar respuesta a los cambios que experimentan las mujeres a los 50, que buscan optimizar su alimentación y enriquecer su desayuno –en España, una comida de menor aporte nutricional diario al de la comida o la cena, menos del 25% recomendado– en proteínas de alta calidad y nutrientes para ayudar a mantener su tono, figura corporal y salud de músculos y huesos.

Este soporte nutricional, de sabor neutro, es perfecto para completar el desayuno. Basta con añadir uno o dos cacitos a cualquier alimento habitual: yogur, leche, café, batido, etc. Además, contiene menos de 90 kcal, no tiene grasa ni azúcares añadidos, únicamente los presentes en la leche. Es una forma estupenda de reforzar el desayuno como comida importante e iniciar el día con un aporte de proteínas y otros nutrientes óptimos para cuidarse, verse y sentirse bien.


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