Las enfermedades infecciosa son un problema de ayer y de hoy. De hecho, en 2050 se espera que este tipo de patología constituyan uno de los mayores problemas de salud. Por lo que hace más importante el reconocimiento de la especialidad de Enfermedades Infecciosas .Los motivos son, entre otros: la aparición de pandemias de gripe; la incertidumbre de la infección por SARS-CoV-2; el incremento de la morbimortalidad de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria; y los microrganismos multirresistentes entre muchas otras.
El futuro de las enfermedades infecciosas
Los éxitos alcanzados en los años 70-80 como la erradicación mundial de la viruela y los avances para el control de la poliomielitis sirvieron para apoyar la errónea creencia de que las enfermedades transmisibles habían sido vencidas. Posteriormente, la pandemia de sida demostró que la realidad era distinta. Más recientemente, surgió la falsa percepción de que los sofisticados sistemas asistenciales y el potente arsenal terapéutico antiinfeccioso eran capaces para resolver cualquier amenaza infecciosa. Sin embargo, la alta dimensión que las Enfermedades Infecciosas complejas han adquirido y la alta demanda asistencial han vuelto a desmentirlo. Es más, en un análisis realizado por un panel de expertos en enfermedades infecciosas para evaluar el impacto que tendrán estas en 2050 se indica que seguirán constituyendo uno de los mayores problemas de salud en el futuro. Los motivos son, entre otros: la aparición de pandemias de gripe; la incertidumbre de la infección por SARS-CoV-2; la endemicidad del VIH; el incremento de las infecciones de transmisión sexual; los nuevos agentes responsables de producir hepatitis grave; la persistencia de una alta morbi-mortalidad por tuberculosis; las posibles epidemias de dengue, Zika o Chikungunya; los muy probables agentes virales de origen zoonótico; la amenaza del empleo de agentes biológicos, microorganismos patógenos o toxinas como armas; el incremento de las enfermedades olvidadas; la amenaza de fiebres hemorrágicas virales en España; el incremento de infecciones en inmunodeprimidos; el incremento de la morbimortalidad de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria; y los microrganismos multirresistentes.
En el año 2050 las enfermedades infecciosas seguirán constituyendo uno de los mayores problemas de salud
En este escenario, España es el único país de la Unión Europea, junto a Chipre, en el que la especialidad de Enfermedades Infecciosas no está reconocida, lo que podría tener graves consecuencias. Al impedirse la formación reglada de los futuros especialistas se pone en riesgo la continuidad de la atención a los pacientes. Ello supone un grave problema para toda la población, ya que cualquier persona puede padecer una infección grave o compleja que requiera atención especializada.
España ejercerá, en el segundo semestre de 2023, la presidencia de la UE y esta excepción resultaría incomprensible para nuestros conciudadanos europeos.
El año de la “normalización” de la COVID-19, también para los servicios de Microbiología clínica
A pesar de empezar 2022 en plena 6ª ola, con la llegada de Omicron y, de nuevo, con la saturación por solicitudes de PCRs, el giro hacia el abordaje de la COVID-19 a través de la especial atención a los pacientes vulnerables, propiciado por SEIMC, entre otras sociedades científicas, ha permitido a los microbiólogos clínicos “retomar” todas las actividades propias de nuestra especialidad.
La COVID-19 ha traído una gran renovación conceptual y tecnológica a los servicios de Microbiología. La adaptación a las nuevas técnicas de point of care, la introducción de sistemas automatizados de PCR, y el acceso a la secuenciación de ácidos nucleicos para la vigilancia de las variantes de SARS-CoV-2, ha modificado las dinámicas de trabajo de los servicios de Microbiología permitiendo hoy que el diagnóstico microbiológico tenga un gran impacto en la atención individualizada y precoz de los pacientes que padecen una enfermedad infecciosa, con especial implicaciones en aquellos que tienen una infección grave.
España y Chipre son los únicos países de la UE que no reconocen las enfermedades infecciosas como una especialidad médica
En este escenario, los microbiólogos clínicos hemos puesto de manifiesto el enorme valor de la microbiología clínica 24×7, que permite establecer con rapidez la clasificación de los pacientes y el establecimiento de circuitos de ingreso y aislamiento, así como de procedimientos invasivos y quirúrgicos. Está demostrado que el aumento del uso tanto de las técnicas de diagnóstico rápido como las PCR simples o sindrómicas para casos graves de meningitis, sepsis o neumonía, la identificación de microorganismos por espectrometría de masas en minutos y los antibiogramas en menos de 5-6 horas a partir del aislamiento del microorganismo, contribuyen a que disponga de los resultados en el menor tiempo, lo que redunda en un manejo óptimo del paciente. El uso de estas pruebas microbiológicas, integradas en programas de optimización del uso de los antimicrobianos (PROA), es clave, además, para reducir el uso innecesario de antibióticos de amplio espectro que son un factor clave en la aparición de microorganismos multirresistentes, una de las mayores amenazas futuras para la salud.
Desde SEIMC apostamos por servicios de Microbiología 24×7 y esperamos a su normalización, también en 2023.