Sars-CoV-2, el virus que cambió la percepción de la sociedad sobre la biotecnología

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Por Ana Polanco, presidenta de AseBio

2020 pasará a la historia como el año del COVID-19, el año que trajo cambios profundos en nuestra sociedad y puso de manifiesto la necesidad de reflexionar sobre cambios en nuestros sistemas sanitarios y en el conjunto de nuestra economía. Cambios para hacer frente a la pandemia, pero también a otros retos futuros como la emergencia climática o la Agenda 2030.

En cualquier caso, con un poco más de perspectiva temporal, a principios de 2021, podemos empezar a ver que, tras los meses difíciles que hemos vivido por la llegada del Sars-Cov-2 a nuestra economía y sociedad, también se han abierto puertas hacia cambios que van a transformar nuestro entorno facilitando la innovación y el camino hacia un modelo económico sostenible y generador de valor añadido.

Y estos cambios pasan por fomentar sectores estratégicos, como el biotecnológico, por su capacidad para generar crecimiento económico, recursos para el Estado y empleo. La actividad del sector biotecnológico tiene un impacto muy positivo en la economía y esto es clave en el momento actual. Me gustaría destacar que las empresas biotech generan un impacto de más de 8.200 millones de renta en nuestro país y que las actividades biotecnológicas se sitúan a la cabeza del crecimiento de la producción entre el conjunto de actividades de la economía. Asimismo, las empresas biotech aportan 3.600 millones de euros en recaudación fiscal y contribuyen con 105.000 empleos.

La biotecnología es un sector estratégico y palanca de una economía sostenible; necesitamos un fondo específico para la biotecnología y las ciencias de la vida, fortalecer la investigación en ensayos clínicos e impulsar nuestro tejido industrial

El sector biotecnológico ha sido un sector esencial desde el principio de la pandemia. Casi el 90% de los socios de AseBio mantuvieron su actividad durante el estado de alarma y la mayoría de las empresas tienen una visión de un futuro mejor. La razón es sencilla. El sector biotecnológico ha centrado todos sus esfuerzos en la búsqueda de soluciones en forma de diagnósticos, tratamientos y vacunas.

El sector biotecnológico, como ya lo hizo en crisis sanitarias anteriores, ha multiplicado su tarea en investigación y en el desarrollo de tecnologías y soluciones. Ha sido una tarea de colaboración y esfuerzo global de una envergadura inédita que ha hecho que el sector haya estado en el punto de mira. Ahora más que nunca, el mundo se ha dado cuenta de la relevancia y la necesidad de la ciencia y la innovación para la recuperación de la economía y para fortalecer nuestro sistema sanitario. El valor estratégico de la biotecnología ha sido percibido por la sociedad, y ha hecho que los ciudadanos quieren dedicar recursos públicos en mayor medida a la investigación, la ciencia y la tecnología.

Aumentar las capacidades locales para un país que ha sabido responder

Estos meses de crisis global también han puesto de manifiesto la necesidad de fortalecer nuestras capacidades industriales. En 2021, debemos dar un impulso decidido a la capacidad de producción y fabricación en nuestro país de tratamientos, vacunas y soluciones de diagnóstico para así ser capaces, por ejemplo, de escalar la producción de vacunas en mayor medida en nuestro país.

La producción científica del sector biotecnológico es internacionalmente reconocida suponiendo la novena potencia mundial en producción científica. Sin embargo, debemos seguir haciendo esfuerzos para que esta excelencia científica tenga el entorno y los recursos necesarios para trasladar el conocimiento a innovación.

Celebramos que el 17% de los fondos destinados a la recuperación irán dirigidos a ciencia e innovación, así como que el EU Next Generation tenga como pilares esenciales para la transformación la transición verde y la transición digital

Pese a la necesidad de un mayor apoyo e impulso al sector biotecnológico, hemos sido testigos de cómo la gran versatilidad y agilidad de la biotecnología ha permitido al sector reorientar sus capacidades para buscar soluciones. Su conocimiento y experiencia en el desarrollo de antivirales ha sido fundamental para que las empresas biotecnológicas hayan podido responder a esta crisis.

Más recursos y más colaboración para despegar

Nuestro país se encuentra en un momento clave. La Administración considera que la biotecnología es un sector estratégico, palanca para una economía sostenible basada en la ciencia y la innovación. Estamos ante la oportunidad de poner los cimientos para impulsar todo el potencial de la biotecnología y las ciencias de la vida

Necesitamos un fondo específico para la biotecnología y las ciencias de la vida, fortalecer la investigación en ensayos clínicos e impulsar nuestro tejido industrial. También debemos contar con  espacios de colaboración de  empresas con universidades y centros públicos de investigación. Asimismo, es prioritario seguir contribuyendo a los programas de los fondos europeos para la recuperación económica y social. En definitiva, esta pandemia ha traído consigo una colaboración internacional sin precedentes que hay que fortalecer, así como la importancia de dedicarle más recursos a la investigación y a la ciencia para estar preparados para el futuro.