El año 2023 es importante para el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Celebramos nuestro 125 aniversario, y es un motivo de orgullo para la institución y los colegiados. También lo es de ilusión y reflexión, porque nos permite renovar nuestros vínculos con la sociedad para reforzarnos como referencia de salud para las personas. Este es uno de los grandes objetivos que se ha marcado el Colegio: necesitamos abrirnos más a la sociedad a través del diálogo y la transparencia, para mostrar lo que aportamos desde todos los ámbitos del ejercicio profesional y para entender mejor cómo responder a las nuevas necesidades.
Nuestro trabajo desde el Colegio ha de vertebrarse en dos planos. Uno, hacia la población, en colaboración con autoridades sanitarias y sociales, para identificar los desafíos y definir el papel de los farmacéuticos para afrontarlos. Y otro, hacia los colegiados, para estimularles y darles la ayuda y los instrumentos apropiados para cumplir su función en un marco de excelencia, resultados en salud y eficiencia.
Durante la pandemia, hemos demostrado que los farmacéuticos sumamos en muchas vertientes profesionales. Es momento de construir sobre el aprendizaje de la crisis.
“La nueva Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de la Comunidad de Madrid y el nuevo concierto para las farmacias son instrumentos legales que nos permitirán desarrollar servicios profesionales que responden a necesidades sanitarias y sociales concretas”
En este sentido, y sobre ese primer plano, la nueva Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de la Comunidad de Madrid y el nuevo concierto para las farmacias son instrumentos legales que nos permitirán desarrollar, sobre bases firmes, servicios profesionales que responden a necesidades sanitarias y sociales concretas, algunas de las cuales no están bien cubiertas. Me refiero, por citar algunos ejemplos, al refuerzo en la adherencia que supone la extensión de los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) como servicio especialmente indicado para pacientes crónicos, polimedicados y dependientes; la mejora del acceso a la medicación y del cumplimiento de los tratamientos para ciertos pacientes con condiciones especiales de dependencia a través de la atención farmacéutica domiciliaria, o la nueva sección de Nutrición y Dietética en las farmacias, un servicio estrechamente vinculado al cuidado de la salud y muy demandado por la población.
Con la nueva regulación, fruto del diálogo con la Administración sanitaria, mejoramos nuestro marco competencial concretando y ampliando funciones del farmacéutico en distintos ámbitos e impulsando el rol sociosanitario del farmacéutico comunitario, para potenciar su labor asistencial y en la prevención, la promoción de hábitos saludables o el seguimiento farmacoterapéutico, tres retos de primer orden en salud. Para avanzar serán críticas la colaboración del resto de profesionales sanitarios y la comunicación entre los farmacéuticos de los tres niveles asistenciales: hospitalaria, primaria y comunitaria. Herramientas como el acceso al historial farmacológico del paciente, que se complementa con el acceso a la hoja de medicación, reforzarán esta coordinación con el sistema sanitario. Esto revertirá en resultados medibles en salud.
“Los farmacéuticos madrileños somos conscientes de nuestra responsabilidad y tenemos la oportunidad de trabajar en el control y seguimiento de los pacientes crónicos, en programas de adherencia, en prevención y cribados de la enfermedad”
El valor de la colaboración se ha hecho patente, insisto, durante la crisis, y la Administración y la población lo han constatado. Los farmacéuticos madrileños somos conscientes de nuestra responsabilidad y tenemos la oportunidad de trabajar en el control y seguimiento de los pacientes crónicos, en programas de adherencia, en prevención y cribados de la enfermedad, sin renunciar en el futuro al papel que podemos jugar en la vacunación y en tantos otros ámbitos.
Llevarlo a cabo implica, y es el segundo plano de trabajo, ayudar desde el Colegio a los farmacéuticos. Contar con instrumentos necesarios (como el marco legal), asegurar las condiciones adecuadas para el ejercicio profesional y fomentar la formación continuada son clave para canalizar la voluntad de avanzar y de aportar valor mostrada por los farmacéuticos. En esta línea son significativas dos primeras acciones con las que comenzamos el año: el inicio del 125 aniversario, acompañado de una nueva imagen corporativa, y la puesta en marcha de FIRCOF, para ayudar en la preparación de los farmacéuticos que quieran obtener el Título de Farmacéutico Especialista.
El hilo conductor del 125 aniversario será el diálogo con la sociedad, para que nos conozca mejor y conocer sus demandas. Nuestro logo, con sus líneas limpias, quiere representar esa idea de cercanía, transparencia y escucha, y también de compromiso y de ánimo para avanzar en nuestra labor.
FIRCOF es un paso más en la apuesta del Colegio por la formación de excelencia. En este caso, queremos estimular y ayudar a los farmacéuticos que quieren especializarse. Somos sus futuros colegas quienes les guiaremos para conseguirlo. Es un año importante para el Colegio, como decía. Y estamos convencidos de que lo será también para la salud de los madrileños. Trabajamos para ello.