La Sanidad y sus retos

Artículo de opinión de Verónica Casado, Consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León

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Nuestra sanidad se encuentra entre las mejores del mundo. El reciente informe Bloomberg, midiendo esperanza de vida, gasto en salud per cápita y gasto sanitario sobre el PIB, concluye que, en cuanto a eficiencia sanitaria, en 2019 hemos estado los primeros en Europa y los terceros en el escenario mundial. Este informe y otros estudios en los últimos años colocan a España en la primera posición en el ámbito de la salud. Sin embargo, pese a que nuestro sistema sanitario posee unos datos envidiables y una capacitación de nuestros profesionales reconocida nacional e internacionalmente, existen cuatro retos y amenazas que lo ponen en riesgo a medio plazo si no somos capaces de acometerlos con determinación: la falta de financiación, el déficit de profesionales, un diseño organizacional de hace treinta años, y la dispersión territorial unida al envejecimiento de la población. Y aunque estos cuatro desafíos son comunes y percibidos como urgentes al afrontar la gestión sanitaria en cada una de las Comunidades Autónomas, cada uno de ellos adquiere cierta especificidad en la Comunidad Castellana y Leonesa dadas las características geográficas y poblacionales que la definen.

La organización de nuestro sistema sanitario data de la década de los años ochenta. Podemos coincidir en reconocer todo el desarrollo que ha experimentado la sociedad española a lo largo de estas tres décadas en lo político y en lo social. Y, si bien podemos afirmar que lo sanitario no ha sido ajeno a estas transformaciones, a nadie se le escapa que es imprescindible, a día de hoy, realizar una adaptación a las nuevas realidades. La distribución poblacional y las necesidades sanitarias han cambiado radicalmente desde entonces y, por tanto, es hora de actualizar este ordenamiento. Y es en este momento también cuando echamos en falta uno de los principales motores que han permitido a las estructuras públicas sanitarias evolucionar durante estas tres décadas: un número suficiente de profesionales. La falta generalizada de profesionales sanitarios se agrava actualmente en nuestro territorio de Castilla y León debido al factor edad, pues a día de hoy más del cincuenta por ciento de nuestros médicos tiene una edad por encima de los 54 años, lo cual nos ha de obligar a formar urgentemente nuevos especialistas para cubrir sus jubilaciones; y debido también al factor dispersión, que supone que tengamos problemas a diario para encontrar facultativos que cubran los descansos de guardia y los permisos, sobre todo en medicina de familia, pero también en otras especialidades: fundamentalmente traumatología, anestesia, pediatría y dermatología.

“En la Consejería de Sanidad hemos iniciado el diseño de planes estratégicos globales que supongan un cambio de organización y reordenación de la atención sanitaria”

Geográficamente, Castilla y León es la Comunidad de mayor extensión y su población está altamente envejecida. Esto supone que se precise atención sanitaria en puntos muy dispersos, lo que conlleva la utilización de una gran cantidad de recursos. La sanidad, por si misma, demanda una cantidad importante de inversión; pero, además, como consecuencia de las prórrogas presupuestarias y las obligaciones surgidas en los últimos años, el año 2019 para Castilla y León ha supuesto una deuda presupuestaria de 830 millones de euros, que para 2020 puede incrementarse.

Para hacer frente a estas dificultades y para estar preparados ante los desafíos que, en lo sanitario, nos depara el futuro inmediato, desde la Consejería de Sanidad de Castilla y León estamos convencidos de que es necesario mejorar la financiación y de que desde el Gobierno de España se establezca un sistema de financiación autonómica que no sólo tenga en cuenta la población, sino el territorio, la dispersión y el envejecimiento. Convencidos también de las dificultades financieras persistentes, en la Consejería de Sanidad hemos iniciado el diseño de planes estratégicos globales que supongan un cambio de organización y reordenación de las formas de atención sanitaria y de los profesionales para poder ofrecer la mejor calidad y asistencia sanitaria con los recursos que tenemos. Para la puesta en marcha de estos planes se está dialogando con todos los agentes implicados en los programas basándonos siempre en criterios técnicos, previo conocimiento de lo que pasa para tomar decisiones sustentadas en la evidencia.

Desde hace algunos años, diferentes voces individuales y colectivas han abogado por la puesta en marcha de un Pacto por la Sanidad. Recogiendo lo que todas ellas han ido expresando, apreciamos que existe desde hace tiempo un acuerdo muy reclamado y general acerca de esta necesidad, así como una práctica unanimidad en el diagnóstico de los problemas que aquejan al sistema. Por eso, en Castilla y León, conscientes de que se requiere el común esfuerzo a todos los niveles, hemos iniciado la construcción de este acuerdo en los ámbitos social, profesional y político. Desde la Consejería que dirijo, nos parece preciso que todos los agentes dejemos de utilizar políticamente la Sanidad, nos parece inaplazable la toma de medidas de calado, y nos parece imprescindible el consenso. Aspiramos a tener el mejor sistema sanitario de los posibles; seguro que también los ciudadanos.n