En las últimas décadas se han venido dando transformaciones significativas en las sociedades desarrolladas con un elevado impacto sobre los sistemas sanitarios como la tendencia demográfica al envejecimiento, los patrones epidemiológicos de aumento de la cronicidad y la pluripatología, aspectos especialmente marcados en nuestro país, a la par un salto cualitativo sin precedentes en las ciencias aplicadas a la salud y las mayores exigencias de calidad y seguridad en la atención, que han comprometido la sostenibilidad de los propios sistemas.
Para adecuarnos estratégicamente a los retos del contexto, con las particularidades de nuestra región, que tiene un amplio territorio con núcleos de población de baja densidad muy dispersos, diseñamos en un amplio proceso de participación y diagnóstico nuestro Plan de Salud de Castilla-La Mancha Horizonte 2025, con el objetivo de tender a un cambio de modelo sanitario para conseguir mejores resultados en salud y ofrecer a la población atenciones sanitarias de valor.
La histórica pandemia por la COVID-19 nos ha llevado a acelerar procesos de transformación para dotarnos de mejores estructuras y procesos. En el actual contexto es muy importante fortalecer el modelo de cooperación y cogobernanza del Sistema Nacional de Salud, que más allá de la disonancia de mensajes coyunturales ante la opinión publicada, ha demostrado su importante valor durante la gestión de la pandemia.
En el contexto Europeo, reforzar los sistemas públicos de salud, el impulso a iniciativas que mejoren el acceso a los medicamentos seguros, de alta calidad y efectividad o la nueva Estrategia Europea del Medicamento y productos sanitarios, serán claves para afrontar, de manera conjunta y coordinada, también con el resto de Estados miembros, la presidencia española del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.
Se ha impulsado en los últimos tiempos una relevante labor desde las instituciones europeas (tanto el Parlamento, como el Consejo y la Comisión) para fortalecer una agenda europea de la salud que permita establecer mejores mecanismos de coordinación y respuesta frente a los actuales desafíos sanitarios que tiene la Unión Europea como consecuencia de la pandemia, que garantice en esta materia los derechos de ciudadanía en todo el territorio europeo (el segundo mayor mercado farmacéutico del mundo), centrándose en las necesidades de los pacientes.
Nuestra comunidad en este debate asumió la representación española de las comunidades autónomas durante dos semestres consecutivos ante el Consejo EPSCO-Sanidad de la Unión Europea, mostrando el valor del nivel autonómico de gestión sanitaria en nuestro modelo, evidenciando la compatibilidad de la descentralización con la cooperación y la coordinación de políticas en diferentes niveles territoriales para dar la mejor respuesta a la ciudadanía a los múltiples retos planteados.
La estrategia europea que se encuentra en diferentes fases y rangos normativos se orienta a asegurar el acceso de los pacientes a medicamentos innovadores y asequibles, apoyando la competitividad de la industria, garantizando las cadenas de suministro sólidas, abordando el impacto medioambiental de sus residuos o la necesidad de disponer de información relevante para la toma de decisiones sobre financiación y reembolso de los países miembros, en un complejo y cambiante contexto mundial, con la eficiencia debida para que el acceso sea asequible tanto para las economías de las administraciones públicas como de las familias, optimizando el valor de gasto de los medicamentos.
“De la mano de los sanitarios, especialmente de la Farmacia, tanto desde la prestación pública de servicios de salud como de la farmacia comunitaria, trabajamos en la garantía de acceso a los medicamentos y en la información sobre su uso responsable”
Como gestores sanitarios públicos tenemos la obligación de asegurar estos principios generales, acordados en las instituciones supranacionales, en la práctica cotidiana de los actores sanitarios y en el acceso con garantías de la población a sus medicamentos, especialmente en los núcleos de población de menor densidad poblacional y muy alejados en ocasiones de poblaciones de mayor tamaño.
En nuestro caso, con las características de nuestro amplio territorio, con núcleos de población dispersos de baja densidad, con una población envejecida, hemos ido adoptando medidas para que la asistencia farmacéutica esté garantizada en el medio rural, junto a otros servicios básicos, recogiéndolo con el máximo rango normativo en nuestra Ley de medidas frente a la despoblación y para el desarrollo del Medio Rural de Castilla-La Mancha.
De la mano de los profesionales sanitarios, especialmente de la Farmacia, tanto desde la prestación pública de los servicios de salud como de la farmacia comunitaria, trabajamos tanto en la garantía de acceso a los medicamentos, por un lado, como en la necesaria información a la población para el uso seguro y responsable del mismo.
Bajo estos principios hemos venido apoyando mediante ayudas al mantenimiento de las oficinas de farmacia de viabilidad económica comprometida y, tras un riguroso proceso de diagnóstico, realizamos una actualización del mapa de oficinas de farmacia, con la apertura de nuevas oficinas en el territorio, que ha sido objeto de concurso en proceso de valoración para su resolución en próximas fechas.