Dejamos atrás unos años en el que los sistemas sanitarios han afrontado una verdadera prueba de esfuerzo para controlar los efectos de la pandemia. Aun así, no debemos olvidar lo sucedido y hemos de mantener la vigilancia epidemiológica y una actitud expectante. La Sanidad de la Región de Murcia a nivel hospitalario ha sido capaz de adaptarse a la situación ofreciendo una asistencia de calidad a los enfermos que más lo necesitaban.
Gracias a la fortaleza de nuestro sistema y al trabajo de los profesionales, hemos logrado una de las menores tasas de letalidad de todo el país, que se sitúa un punto por debajo de la media nacional. También hemos seguido ofreciendo una asistencia sanitaria de calidad a la población, al tiempo que se ha vuelto a la presencialidad de las consultas y a recobrar la normalidad en la atención hospitalaria, la actividad quirúrgica y las consultas externas.
La formación, entrega y actitud del personal sanitario y no sanitario es un activo de nuestro sistema que debemos proteger e incentivar. Por ello, con el objetivo de seguir adelante y ofrecer las mejores prestaciones a los pacientes y los profesionales, estamos desarrollando actuaciones encaminadas a reducir la carga de trabajo burocrático, mejorar el acceso a la formación e investigación, fomentar la atención multidisciplinar y reordenar los circuitos asistenciales para incrementar su eficiencia.
En 2022, además, ha tocado evaluar la repercusión de la pandemia, planificar la gestión de una demanda asistencial creciente que está estrechamente ligada al déficit de profesionales a nivel nacional, y retomar la programación preventiva que la pandemia relegó.
Hemos analizado el impacto de la Covid y hemos puesto en marcha estrategias de intervención en aquellos aspectos más necesitados de refuerzo tras el desgaste ocasionado por la pandemia y sus consecuencias en la población.
En concreto, se ha trabajado haciendo especial hincapié en Atención Primaria y en Salud Mental. Y no olvidamos el importante papel que desempeña la Salud Pública en el sistema sanitario, por lo que en 2023 se pondrá en marcha un nuevo laboratorio de Salud Pública en la Región de Murcia, que reforzará los sistemas de vigilancia epidemiológica.
Arrancamos 2023 con la aprobación de un presupuesto histórico en materia sanitaria en la Región, gracias al cual cerca del 40 por ciento de lo previsto para este ejercicio se destinará a mejorar la salud de todos los ciudadanos.
Para ello, hemos reforzado las partidas destinadas a reducir las listas de espera y tiempos de demora tanto en intervenciones quirúrgicas, consultas externas y realización de pruebas diagnósticas.
“Durante la pandemia hemos seguido ofreciendo una asistencia sanitaria de calidad; la formación, entrega y actitud del personal sanitario y no sanitario es un activo que debemos proteger e incentivar”
Además, la Consejería de Salud de la Región de Murcia está ultimando la nueva estrategia de Atención Primaria 2023-2027 con la participación de grupos de trabajo creados para este fin, en los que figuran los profesionales sanitarios de Atención Primaria, gestores, sociedades científicas, agentes sociales, colectivos sanitarios y asociaciones de pacientes.
En Atención Primaria se recoge por primera vez un presupuesto específico para el primer nivel asistencial, que representa un 22 por ciento del gasto sanitario, y que prevé el aumento de la plantilla de profesionales y la mejora de las condiciones laborales del personal estatutario. Entre sus novedades podemos destacar la creación de 213 nuevas plazas, con el fin de reducir el número de tarjetas sanitarias de los médicos de familia hasta las 1.250, 900 tarjetas sanitarias en cupos de Pediatría y 1.550 para Enfermería.
Además, hemos presentado un programa de inversiones en infraestructuras e instalaciones sanitarias, y estamos retomando los programas de prevención y promoción de la salud que quedaron en segundo plano durante la pandemia.
Se trata, en definitiva, de unos proyectos y de un presupuesto que apuestan por la mejora continua de la calidad del servicio, el refuerzo de plantillas de profesionales sanitarios, la reducción de tiempos de espera, la inversión en instalaciones y equipamientos, y en la implantación de medidas de eficiencia energética e investigación sanitarias.