Se estima que para final de 2021 se habrán alcanzado los 11.000 millones de dosis de vacunas frente a la COVID-19 producidas. Se trata de una cifra que se acerca claramente a la demanda para conseguir la inmunización global, marcada en 14.000 millones de dosis. Pero, si se consiguen alcanzar (y todo apunta a ello) estas cifras, será gracias al esfuerzo colaborativo entre compañías farmacéuticas e instituciones para aumentar su capacidad de producción. Y es que, tal y como asegura la patronal internacional de compañías farmacéuticas, IFPMA (por sus siglas en inglés), a día de hoy existen más de 150 acuerdos de colaboración en marcha para avanzar en materia de suministro de vacunas.

“Para ampliar la fabricación, la transferencia de tecnología se ha vuelto realidad. De hecho, existen 157 acuerdos de este tipo, muchos de ellos acordados durante los primeros días de pandemia”, han asegurado desde la institución en un comunicado en el marco de la High-level Meeting on Health and the Economy de la Asia Pacific Economic Cooperation (APEC). Durante este encuentro, la IPFMA quiso destacar los que, a su parecer, son los principales desafíos en materia de vacunas: “el desafío de la producción de vacunas se basa en la infraestructura de fabricación, la falta de trabajadores cualificados, las restricciones comerciales y la escasez de materias primas”. De este modo, consideran que la propiedad intelectual no debe ser el foco del debate si los países pretenden aumentar el suministro de vacunas.

El intercambio de dosis entre países es, desde su punto de vista, una de las medidas fundamentales para conseguir que las vacunas lleguen de forma equitativa a todos los cuidadnos del mundo. En este sentido, la IFPMA confiesa que los líderes políticos han respondido a esta petición, aunque recuerdan que “solo en Estados Unidos y en la Unión Europea podría haber más de 1.000 millones de dosis en exceso para final de año“.

Abordar los cuellos de botella que se producen en la cadena de suministro con la eliminación de las barreras comerciales es otro de los grandes objetivos para acelerar la producción de vacunas, según la IFPMA. “Los problemas a lo largo de toda la cadena de suministro están afectando claramente a la distribución”, alertan. Y es que, a día de hoy, especifican, “corremos el riesgo de que un solo ingrediente quede retenido en una frontera, lo que lleva a que todo el proceso de fabricación quede en suspenso durante días o semanas”. Actualmente, confiesan, “existen varios tipos de productos que se enfrentan o enfrentarán a escasez: bolsas de biorreactor, conjuntos de un solo uso, filtros, medios de cultivo celular, lípidos, viales y tapones”.

En este sentido, la patronal apunta a iniciativas recientes como el mecanismo COVAX y la lista de insumos críticos de la OMC para la fabricación de medicamentos o productos frente a la COVID-19. No obstante, la patronal finaliza su argumento solicitando “un mayor liderazgo político y una acción rápida para asegurarnos de que las dosis lleguen a los pacientes en países que hasta ahora han recibido un servicio deficiente”.