Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19 en marzo de 2020, los expertos ya comenzaron a dar señales de alarma acerca de posibles apariciones más frecuentes de zoonosis y posibles nuevas pandemias. Un caso reciente es el relacionado con los brotes de la viruela del mono en distintas partes del mundo, que ha impulsado al Gobierno a comenzar a pensar en la compra de vacunas. Así, uno de los protagonistas de la pandemia, el sector de la industria farmacéutica, ha plasmado su experiencia en el documento público “Aplicación de las lecciones aprendidas de la COVID-19 para crear un mundo más saludable, seguro y equitativo”.
Este documento agrupa las principales estrategias y medidas para hacer frente a nuevas pandemias. El autor del informe ha sido la Federación Internacional de la Industria del Medicamento (IFPMA), del que forma parte Farmaindustria, ha identificado la innovación biomédica y la colaboración público-privada como las dos piedras angulares para hacer frente a las futuras crisis sanitarias.
Impulso a la I+D
La espina dorsal del documento radica en la vigilancia de patógenos, además de operar por favorecer un entorno ágil de intercambio de datos. “Tan pronto como un país identifique un nuevo patógeno, los científicos del mundo necesitan acceso a su información genética para desarrollar medicamentos y pruebas diagnósticas”, señalan desde la patronal. En este sentido, la segunda propuesta sostiene fomentar la aceleración de I+D y la fabricación de vacunas y terapias, al igual que pasó frente al coronavirus.
Sin embargo, de poco sirve la investigación sin acuerdo de mercado. IFPMA propone anticipar los compromisos para ampliar la fabricación de terapias a nivel mundial. Según el organismo, estos compromisos anticipados permiten inversiones complementarias “vitales” en la capacidad de producción y transferencia de tecnología voluntaria. A pesar de que son compromisos “con riesgo”, la institución anima a mantenerlos dado las ventajas que ofrece a nivel preventivo.
La innovación sostiene el pilar de la cuarta propuesta de la federación, que insta a impulsar la investigación y el desarrollo de fármacos acorde a marcos legales globales. Otro de los aspectos destacados como mejora ante una posible pandemia es evitar las interrupciones en las cadenas de suministro globales para no poner en riesgo la producción y distribución de terapias. En este sentido, recuerdan la falta de componentes a nivel mundial, que retrasó la distribución farmacéutica durante la pandemia. Por ello, apostillan que las inversiones propuestas deben crear capacidad de suministro suficiente y rápido de productos básicos y fundamentales.
Acelerar la capacidad de respuesta
A pesar de los esfuerzos puestos en el mecanismo COVAX, la federación considera que “no contó con los fondos suficientes ni se organizó con la suficiente rapidez para asegurar los acuerdos”. Así, proponen consolidar la disponibilidad inmediata de financiación suficiente y sostenible, además de proporcionar asistencia técnica que acelere la implementación de respuesta.
“Cuando se declara una pandemia, debe estar disponible de inmediato financiación suficiente, dedicada y sostenible para adquirir bienes para países con capacidad limitada o nula”
Documento de la IFPMA
En esta línea, entra “en juego”, facilitar la agilidad normativa y la seguridad y la velocidad de acceso. Para mejorar la comunicación, la IFPMA propone consultas colaborativas entre la industria y agentes reguladores para mejorar la velocidad, la eficacia y la seguridad. Sin embargo, la federación señala que la producción efectiva no se hará realidad si las agilidades regulatorias desarrolladas ante la pandemia de la COVID-19 caducan y no se aprovechan para potenciar la comunicación.
Precisamente, garantizar la seguridad de la población es otra de las bases, que no se conseguirá si se continua promoviendo un “nacionalismo vacunal”. Según la institución, las políticas como las restricciones a la exportación y la compra de vacunas, independientemente de las necesidades, “han intensificado y prolongado la pandemia de la COVID-19”. Por este motivo, proponen reacondicionar el concepto de “seguridad sanitaria nacional” en un contexto global.
Vacunas, base de confianza
Garantizar la cobertura vacunal en todo el mundo es una de las propuestas. En esta línea, la IFPMA indica que, a finales de 2021, el suministro mundial de vacunas ya no estaba limitado. Sin embargo, aún no tienen acceso a las vacunas muchas personas de países de bajos ingresos. Por este motivo, ante nuevas pandemias, la federación propone fortalecer la infraestructura de entrega de vacunas.
En este contexto, insta a todas las partes interesadas, tanto gobiernos como fabricantes y sociedad civil, entre otros, a garantizar el acceso a vacunas y construir una infraestructura necesaria que respalde la capacidad de fabricación. Sostienen esta petición en la responsabilidad social colectiva.
“Los sistemas de salud nacionales sólidos y resilientes y la seguridad sanitaria mundial son dos caras de la misma moneda”
Documento de la IFPMA
Asimismo, para fundamental un éxito ante nuevas pandemias, la federación defiende promover la confianza en la vacuna, porque “no funcionaran si las personas no se las ponen”. Generar confianza pública en esta herramienta de salud preventiva es clave para la federación. Para conseguirlo, animan a mantener una colaboración mundial que requiera de esfuerzos interconectados y científicamente guiados.