La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha publicado una guía para las organizaciones de pacientes y profesionales de la salud con principios clave y ejemplos de buenas prácticas para ayudarlos a prevenir y gestionar la escasez de medicamentos humanos.
La escasez de medicamentos y la disponibilidad reducida de medicamentos representan un problema creciente en el mundo, y se ha visto agravado por la pandemia de COVID-19. Desde la EMA han advertido que, esta situación, puede tener un impacto significativo en la atención del paciente al provocar el racionamiento de medicamentos y el retraso de los tratamientos críticos. Debido a la escasez de medicamentos, “es posible que los pacientes deban usar alternativas menos efectivas y corran el riesgo de usar los medicamentos de manera incorrecta”, han explicado desde la agencia.
Las causas de la escasez pueden incluir problemas de fabricación que provocan retrasos o interrupciones en la producción, escasez de materias primas, aumento de la demanda de medicamentos, problemas de distribución, interrupciones laborales y desastres naturales.
Los pacientes y los profesionales sanitarios son los principales actores al final de la cadena de suministro, por lo que sus actividades en la prevención del desabastecimiento suelen limitarse a gestionar la demanda de medicamentos en riesgo de desabastecimiento. Por ello, la guía de la EMA también analiza medidas que ayudan a mejorar la preparación, la planificación y el uso racionado de medicamentos que escasean o se espera que lo sean en un futuro próximo.
Algunas de las recomendaciones clave incluidas en esta guía se aplican solo a las organizaciones de pacientes, algunas solo a las organizaciones de profesionales de la salud y otras a ambas. Por ejemplo, en relación con ambos tipos de organizaciones, la EMA alienta a:
- Desarrollar observatorios en colaboración con las autoridades nacionales para recopilar y analizar información de pacientes y profesionales de la salud sobre la escasez y sus primeros signos.
- Trabajar con las autoridades nacionales sobre criterios y formas de desarrollar registros de medicamentos esenciales y críticos.
- Establecer campañas en toda la UE para crear conciencia sobre la escasez, dónde encontrar información sobre la escasez actual , los riesgos de almacenamiento y el uso seguro de medicamentos alternativos.
Según apunta la agencia, estas recomendaciones clave se prepararon en base a consultas con organizaciones miembros del Grupo de Trabajo de Pacientes y Consumidores (PCWP) y el Grupo de Trabajo de Profesionales de la Salud (HCPWP) de la EMA. Se basan en prácticas e iniciativas existentes en Estados miembros individuales de la UE donde las recomendaciones se han implementado a menudo de forma aislada, algunas de las cuales se describen en el anexo de la guía.