“Las resistencias antimicrobianas son una cuestión prioritaria para cualquier sistema de salud tanto por su magnitud como su impacto en la salud pública”. Así lo ha puesto de manifiesto Carolina Darias, ministra de Sanidad, durante la apertura de una jornada organizada por la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) con motivo del Día Europeo para el uso Prudente de Antibióticos 2022.

Y es que, declarada por la Organización Mundial de la Salud en el año 2020 como una de las 10 principales amenazas de salud pública, las resistencias antimicrobianas causan miles de muertos en Europa. Además, presenta retos que se deben abordar de forma conjunta. “Según la OMS, en los últimos cinco años, solo han superado la aprobación regulatoria 12 antibióticos en todo el mundo, de los que 10 pertenecían a clases que ya presentaban resistencias. Esta falta de innovación genera un entorno complejo”, ha expuesto la ministra. Por todo ello, ha anunciado que las resistencias estarán incluidas dentro de las prioridades que trasladarán al Consejo Europeo dentro de la Presidencia española a partir de julio de 2023.

España, referente en la reducción del consumo de antibióticos

A nivel nacional, España lleva trabajando para hacer frente a esta amenaza de salud pública y mitigar sus consecuencias desde 2014, con la edición del primer Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN). “El trabajo de la Aemps ha hecho que nuestro país sea referente gracias al impulso del PRAN“, ha destacado Darias.

La ministra ha señalado que este plan nacional tiene por objetivos reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencias a los antibióticos y reducir el impacto sobre la salud de las personas y también de los animales, “preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos resistentes”. “El PRAN ha permitido que España pase de ser uno de los mayores consumidores de antibióticos a nivel europeo a posicionarse como el séptimo país con mayor reducción del consumo de antibióticos. Desde 2014, nuestro país ha registrado una disminución del consumo de antibióticos del 25,5 por ciento en salud humana y el 62,46 por ciento en salud animal”, ha resaltado Darias. Un logro que también ha sido destacado por María Jesús Lamas, directora de la Aemps.

Sin embargo, Lamas ha indicado que no hay mucha percepción del riesgo en la sociedad sobre patógenos multirresistentes. “Quizás porque todavía se piensa que esto es algo que interpela a profesionales sanitario y enfermos, sin darnos cuenta de que esto interpela a toda la sociedad”, ha aseverado. Por ejemplo, ha apuntado al impacto económico, pues en Europa, este problema ya está generando unos “sobrecostes añadidos de 1.500 millones de euros”, y al impacto social, ya que las infecciones por este tipo de patógenos “originan más mortalidad que el SIDA o la malaria ahora mismo”. “Todos podemos contribuir un mundo más seguro en el que los antibióticos sigan salvando vidas”, concluyó.

En este sentido, Carolina Darias ha señalado la importancia de dotar a la salud de un enfoque más amplio que incluya las nuevas realidades como es la estrecha vinculación entre salud animal, ambiental y humana. Así, ha apuntado a la necesidad de potenciar el enfoque ‘One Health’. Algo que el PRAN lleva intrínseco desde sus inicios. “El plan reconoce que este problema tiene múltiples dimensiones. Por ello, nos apoyamos sobre la columna vertebral del plan, ‘One Health’, una única salud, que incluye salud humana, animal y medioambiente”, ha confirmado Lamas.

“Los seres humanos y los animales compartimos muchos patógenos, entre ellos, muchas bacterias. Por tanto, la estrategia ‘One Health’ es indiscutible y se tiene que hacer desde un punto de vista de salud global, como ya se está haciendo”, ha apostillado Christian de la Fe, del departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Murcia-CSIC.

Respecto al medio ambiente, la tercera pata del concepto ‘One Health’, Ricardo Carapeto, coordinador del PRAN, ha señalado que debemos ser conscientes de que “los antibióticos que nos tomamos y administramos a nuestros animales acaban en el medioambiente”. Una vez en el medio ambiente, “van a influir en la selección de las bacterias que contienen genes de resistencia” y esto, finalmente, nos afecta a los humanos porque estamos en contacto con el medio.

Avances del PRAN

La directora de la Aemps considera que llega una nueva etapa con “ciertas esperanzas de éxito”. El nuevo PRAN, en su tercera edición, permitirá seguir avanzando en cuestiones prioritarias, como la consolidación de los sistemas de vigilancia (incluyendo la vigilancia de nuevos antimicrobianos, como antifúngicos y antituberculosos), la mejora de los indicadores hospitalarios y los mapas de consumo o la elaboración de un marco de trabajo en centros sociosanitarios, así como la creación de nuevos grupos de trabajo desde la perspectiva ‘One Health’.

“Empezamos el tercer PRAN con tres ejes estratégicos: prevención, vigilancia, control y buen uso, e investigación y comunicación”, ha resumido Lamas, quien ha asegurado que el plan reforzará proyectos ya iniciados y dará pie a otros nuevos. Precisamente, Cristina Muñoz, coordinadora del PRAN, destacó el objetivo de la prevención y la formación como “herramienta fundamental en la lucha frente a las resistencias”.

Entre los proyectos por los que el PRAN va a seguir apostando, se encuentra el de acabar de consolidar e impulsar los equipos PROA (programas de optimización de uso de antimicrobianos), continuar difundiendo las guías terapéuticas antimicrobianas tanto en salud humana como animal, poniendo también las herramientas informáticas que faciliten su uso en la práctica clínica diaria o seguir concienciando a través de campañas de sensibilización.

En cuanto a nuevas iniciativas en salud humana, Lamas ha señalado que la Agencia está trabajando en la creación de indicadores hospitalarios y la potenciación de los mapas de consumos, “para conocer más en profundidad cómo emergen las resistencias, cómo se tratan las infecciones y poder llegar a otros profesionales de la salud, como odontólogos, enfermeros o podólogos, también implicados en la lucha contra las resistencias”.

Asimismo, ha anunciado que pronto verán la luz las normas de certificación de los equipos PROA. “Esto será una herramienta para consolidar los centros de los hospitales como un servicio esencial dentro de la organización de un centro sanitario. Esperamos que las pueda aprobar el pleno del CISNS en pocos días”.

Por otra parte, en salud animal, se hará hincapié en grupos de vigilancia de consumos y resistencias, planes de acción estratégicos preventivos, en medidas de control de las infecciones y consumo de antibióticos, etc. “Además, vamos a trabajar en mejorar la disponibilidad de antimicrobianos y de alternativas para que los profesionales veterinarios no se vean obligados a recurrir a antibióticos que es mejor restringir o limitar su uso a situaciones verdaderamente imprescindibles. También desde la agencia se impulsará la creación del Comité de disponibilidad de medicamentos veterinarios”, ha añadido.

Los fagos, ¿alternativa eficaz?

La jornada, a través de mesas de debate, ha contado con los testimonios de algunas personas que han sufrido en primera persona resistencias antimicrobianas. Unos testimonios que, según ha indicado Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, ayudan a “animar e incentivar a los expertos para seguir buscando soluciones” y recuerdan la necesidad de que “todos nos impliquemos en la lucha frente a este problema”.

Tal y como ha apuntado Antonio López, uno de los coordinadores del PRAN, cada vez es más frecuente que haya una infección por una bacteria multirresistente y “tenemos que darnos cuenta de que los antibióticos no van a estar ahí siempre”. “El futuro de nuevos antibióticos es más o menos incierto, por lo que tenemos que cuidarlos”, ha agregado.

En este sentido, Pilar Domingo-Calap, directora del Grupo Virología Ambiental y Biomédica, de la Universidad de Valencia-CSIC, ha explicado que también existen virus “buenos”, los bacteriófagos o fagos, que son “diez veces más abundantes” que los virus que causan infecciones. “Es lo que intentamos hacer en el laboratorio: buscar en la naturaleza virus específicos de una bacteria concreta, multirresistente, para que sirvan como tratamiento. Es ecológicamente seguro”, ha señalado.

Eso sí, al hablar de “una medicina de precisión muy especializada”, Domingo-Calap ha reconocido que es muy complejo. “Si buscamos un virus muy concreto que quiera matar una bacteria, dificulta mucho mas y hacer un ensayo clínico es difícil”. A pesar de ello, ha asegurado que se trata de una terapia que tiene “mucho futuro” y la idea es trabajar de la mano de la Aemps para pasar a los ensayos clínicos y convertirla en una realidad. “Es necesario invertir en terapias alternativas y los fagos son una de ellas“, ha afirmado la experta.


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