En el ámbito de las enfermedades inflamatorias, las fusiones, adquisiciones, concesiones de licencias y alianzas están en pleno auge, impulsadas por las nuevas oportunidades que ofrecen las dianas terapéuticas emergentes. Una revisión realizada por The Pharma Letter confirma que en los últimos tres meses se han anunciado múltiples alianzas estratégicas dirigidas a enfermedades crónicas inflamatorias como la artritis, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Se estima que el mercado mundial de estas enfermedades alcanzará los 212.000 millones de euros en 2032, con una tasa de crecimiento compuesto anual (CAGR) del 8,4 por ciento entre 2023 y 2032. Este crecimiento estará impulsado por el aumento de la prevalencia de estas afecciones y los avances en terapias biológicas.
Las grandes compañías farmacéuticas han respondido a estas oportunidades mediante adquisiciones estratégicas, licencias y alianzas, con una inversión de 15.673 millones de euros durante los primeros tres meses de 2024, para ampliar su presencia en el campo de las enfermedades inflamatorias. Nuevas dianas terapéuticas, como ChemR23, la interleucina 10, el activador de NRF2, las células Tregs y productos biológicos dirigidos a TL1A, están surgiendo como áreas clave de interés. En el primer trimestre de 2024, diversas farmacéuticas realizaron adquisiciones importantes en esta área. Novartis, por ejemplo, ejerció su opción de adquirir IFM Therapeutics, consolidando su enfoque en inhibidores de cGAS-STING, mientras que UCB invirtió estratégicamente en IMIDomics para avanzar en el descubrimiento de nuevos fármacos.
Otras fusiones notables incluyen la de Alys Pharmaceuticals, que combinó activos de varias compañías para crear una cartera enfocada en enfermedades inflamatorias y autoinmunes, y la adquisición de Aiolos Bio por parte de GSK por 1.268 millones de euros, ganando acceso a un prometedor tratamiento para el asma. La fusión de Q32 Bio con Homology Medicines también destacó en este periodo, enfocándose en avanzar tratamientos para enfermedades autoinmunes e inflamatorias, mientras que Roche adquirió Telavant Holdings, asegurando los derechos de desarrollo y comercialización de un nuevo anticuerpo dirigido a la EII.
Además de estas adquisiciones, hubo un aumento significativo en las inversiones privadas. Tr1X Bio, por ejemplo, recaudó 67 millones de euros para desarrollar terapias basadas en células T reguladoras, y AbbVie firmó un acuerdo de 634 millones con OSE Immunotherapeutics para avanzar en el desarrollo de un anticuerpo dirigido a ChemR23, una diana clave en la lucha contra la inflamación crónica.
Sanofi también firmó una colaboración para desarrollar agonistas del receptor IL10, y otras empresas como Vivtex Corporation y AI Proteins se unieron para desarrollar nuevas terapias orales basadas en miniproteínas. En paralelo, AstraZeneca continuó su colaboración con 4X Discovery Holdings en el desarrollo de un activador de NRF2 para tratar enfermedades inflamatorias y respiratorias, mientras que Boehringer Ingelheim firmó acuerdos para avanzar en terapias para enfermedades fibroinflamatorias.
Esta ola de inversiones y alianzas subraya el creciente interés en desarrollar nuevas terapias para enfermedades inflamatorias complejas, lo que podría abrir nuevas vías para tratar o incluso curar algunas de estas afecciones debilitantes en los próximos años. Las nuevas tecnologías, como las proteínas de fusión bifuncionales, los nanocuerpos y las terapias basadas en células, ofrecen un horizonte prometedor, aunque aún pasarán varios años antes de que se confirmen los datos clínicos que permitan comercializarlas a gran escala.