Las compañías farmacéuticas de Estados Unidos consideran que la reforma de precios anunciada por la Administración Biden no hará otra cosa que dificultar la lucha contra la pandemia. El plan incluye, entre otras cosas, la posibilidad de que Medicare pueda negociar los precios de los medicamentos con las compañías, limitar los aumentos anuales de precios o la importación de medicamentos de Canadá.
Una batería de medidas históricas en materia farmacéutica y que no han sido bien recibidas por el sector innovador. El presidente y director ejecutivo de la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), Stephen J. Ubl, aseguró en un comunicado que el anuncio realizado por el Gobierno demócrata representa “una larga lista de viejas ideas partidistas y no un plan serio para abordar lo que los pacientes pagan de su bolsillo por los medicamentos recetados.” Desde su punto de vista, estas medidas no aborda lo que considera el verdadero problema: el sistema de seguros. “Este omite cualquier intento de arreglar un sistema de seguros roto, que discrimina a los pacientes enfermos y no hace nada para responsabilizar a las aseguradoras e intermediarios de embolsarse los ahorros de nuestras compañías, que deberían ir destinados a los pacientes para reducir sus costes”, explicó el presidente de la patronal.
Estas medidas coinciden en el tiempo con el anuncio por parte de la Casa Blanca de un plan destinado a recuperar el control de la pandemia de la COVID-19. Un hecho que Ubl consideró irónico, pues considera que las medidas incluidas en la reforma de precios “intentan dificultar que nuestra industria continúe luchando contra esta pandemia y que, al mismo tiempo, planifique futuras crisis de salud ”.
Una reforma histórica
Concretamente, esta reforma histórica de precios permitirá a Medicare negociar los precios de los medicamentos proporcionados por dos de sus programas principales: la Parte B, que cubre los medicamentos administrados en hospitales, y la Parte D, que generalmente cubre los medicamentos recetados que se dispensan en farmacias. Además, la normativa incluirá un techo de precios a nivel nacional.
El plan también expresa su apoyo a proyectos de ley destinados a llevar medicamentos genéricos y biosimilares al mercado de forma más rápida, como acortar los períodos de exclusividad, crear incentivos para que los médicos prescriban biosimilares e imponer una prohibición del denominado “pay for delay”.
Finalmente la normativa no incluirá la creación de un índice de precios de referencia internacional.
No obstante, a diferencia de la primera propuesta, esta normativa no incluye la creación de un índice de precios de referencia internacional. Una de las medidas que ha despertado más controversia, tanto con la oposición republicana, como con las compañías farmacéuticas.
El informe también evita una propuesta lanzada por los demócratas progresistas que buscaba despojar a las empresas de la exclusividad de los medicamentos de marca si el gobierno determina que su precio no es razonable. Sin embargo, reconoce que dicha autoridad existe bajo una ley conocida como Bayh-Dole, y asegura que se “continuará prestando la debida consideración a tales peticiones”.
El plan lanzado por la Administración Biden también cita un nuevo mecanismo para acelerar el desarrollo de nuevas terapias: se trata de la creación de una nueva agencia de investigación, conocida como ARPA-H, para la cual Biden ha anunciado 6.500 millones de inversión. El informe sostiene que, al igual que otras agencias científicas gubernamentales, incluidos los Institutos Nacionales de Salud, “ARPA-H ayudará a brindar más curas y tratamientos nuevos a los pacientes”.