“Este último año de pandemia ha sido también el año de la ciencia; es digno de elogio por parte de la comunidad científica enfrentarse a este reto global”. Con estas palabras Nabil Daoud, presidente de la Fundación Lilly, ponía en valor el papel de la ciencia e investigación en situaciones de crisis sanitaria en la entrega de los Premios Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2021.

Para Daoud, “la ciencia siempre ha ocupado un lugar importante dentro de las iniciativas de la compañía; la calidad de los trabajos galardonados demuestran que en España es posible llevar a cao trabajos científicos de enorme nivel”.

En este encuentro también participó Rosa Menénedez, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “De estos dos perfiles destaco que trabajan desde un punto de vista multidisciplinar, y es que cada vez existen menos perfiles eespecializados cerrados”, apuntó Menéndez. Siguiendo este hilo, incidió en que “se necesita del trabajo conjunto para adaptar el avance del conocimiento a la realidad social, realizando una investigación que busque soluciones a problemas complejos”.

Premiados 2021

En esta edición los galardones han recaído sobre Luis Liz Marzán, director científico en el Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales – CIC biomaGUNE y profesor Ikerbasque en la categoría de investigación preclínica; en la de clínica, sobre Carlos Simón, catedrático de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia, adem´sa de Coordinador del Grupo de Investigación en Medicina Reproductiva de INCLIVA y fundador de Igenomix.

Categoría preclínica

Respecto al proyecto de Liz Marzán, sus investigaciones tienen como objetivo dar solución desde la química y la nanociencia a problemas biomédicos complejos que supongan beneficio social. Concretamente, en la actualidad, se centra en la introducción de nanosensores en construcciones tumorales 3D para identificar biomarcadores; así, a medio plazo se podrían afinar las terapias frente al cáncer que reciben los pacientes en función del tipo de tumor. En resumen, a partir de materiales nanoplasmónicos ha diseñado un sistema para “escuchar” la comunicación entre las bacterias, lo que podría ayudar a prevenir infecciones.

En palabras de Liz Marzán, en esta iniciativa han trabajado “con los mismos materiales que ya se estudiaban, pero progresando, preguntándonos adonde nos podía llevar el conocimiento que teníamos”. “Cuando encuentras hallazgos relevantes, es el momento de presentar proyectos”, añadía.

Categoría clínica

Por otra parte, el proyecto de Simón ha conseguido desvelar la importancia funcional del útero en el proceso reproductivo, el embarazo y la salud del feto en la especie humana. Concretamente, sus trabajos han desvelado cuándo la madre está receptiva para la implantación del embrión; también, la existencia de una microbiota uterina en la concepción y cómo la presencia de determinados gérmenes puede determinar el embarazo.

Asimismo, sus hallazgos han permitido crear un nuevo endometrio en pacientes con Síndrome de Asherman, una patología poco frecuente que es causa de infertilidad. Por último, otra de sus líneas se centra en preeclampsia, patología obstétrica que comienza con la implantación; se caracteriza por tensión arterial alta en la madre y que afecta al 5% de todos los embarazos.

El propio investigador precisa que “fundamentalmente trata de resolver problemas médicos usando las herramientas de las que ya se dispone”. “Lo importante para mí es conocer por qué cada paciente no logra el éxito reproductivo; para ello que recurrir a la investigación básica existente y responder preguntas de pacientes desde el laboratorio primero y luego desde la clínica para aplicarlo”.

Apuesta por la ciencia

Pedro Duque, ministro de Ciencia, fue el encargado de clausurar el acto de entrega de premios. Aprovechó su intervención para poner en valor la importancia de la ciencia, apuntando que “es necesario dedicar más recursos a I+D”. “La ciencia y la innovación siempre dan resultados a largo plazo, por eso hay que aprovechar muchos proyectos de investigación básica teniendo en cuenta que solo unos pocos se convertirán en tratamientos útiles para la ciudadanía”, explicó el ministro.

Para reforzar esta apuesta, Duque puso el foco sobre la política. “Los productos y tratamientos que se materialicen servirán para generar riqueza y esa riqueza acompañada de políticas redistributivas tendrá un efecto positivo sobre la salud de los ciudadanos”, remarcaba. En esta línea, afirmó que “el convencimiento y la oportunidad que supone el Plan de Recuperación de la Unión Europea nos ha llevado a aprobar el mayor presupuesto en ciencia de la historia del país, un incremento en las políticas de transferencia tecnológica y cambios en la Ley de Ciencia para favorecer la transferencia de conocimiento”.

Todo esto, consideró Duque, “es un gran paso para cambiar el rumbo del país; los resultados en ciencia pueden parecer demasiado lejanos o inciertos, por eso hay que hacer políticas de ciencia e innovación sean de Estado e incorporen el compromiso de aumentar el presupuesto en I+D hasta llegar a alcanzar el 3 por ciento del PIB en 2030; aquí, también es necesaria la contribución de la investigación privada”. Con todo esto, reforzó la idea de “lograr un acuerdo amplio, para lo que ya estamos hablando con diferentes formaciones.

El ministro concluyó que “hay que lograr que la ciencia se afiance y consolide, reconociendo talento y formación, lo que también representan los premiados por la Fundación Lilly”.


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