Impulsar una atención sanitaria con perspectiva de género. Ese es el objetivo de los expertos que han participado en el encuentro organizado por Organon con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, que se celebrará el próximo 28 de mayo.

“Es evidente que mujeres y hombres somos distintos; tenemos distintos genes y eso supone una serie de diferencias esenciales en la fisiología”, ha apuntado Héctor Bueno, coordinador del Área de Investigación Cardiovascular del Hospital 12 de Octubre e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), quien ha explicado la salud de la mujer desde la perspectiva biológica. Esto hace, según Bueno, que la respuesta de las mujeres a los fármacos esté “biológicamente condicionada a ser distinta” que la de los hombres.

Esa diferente respuesta a los tratamientos o la mayor incertidumbre a la respuesta se debe a que “las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos“. “Normalmente se utilizan únicamente los parámetros de los hombres”, ha señalado el cardiólogo, por lo que la dosificación del tratamiento en las mujeres “suele ser excesiva” y provoca que las intoxicaciones y reacciones adversas sean más comunes en ellas.

Héctor Bueno, Trinidad Herrero, Cristina Alzina y José María Bleda.

Las circunstancias de la persona

Por su parte, Trinidad Herrero, catedrática de Anatomía y Embriología de la Universidad de Murcia y miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, ha coincidido con el doctor Bueno en que las circunstancias y las reacciones en hombres y mujeres son diferentes y, sin embargo, “todos los datos de los estudios preclínicos son, desde el punto de vista biológico, de varones”.

“La salud de las mujeres está infradiagnosticada porque tienen signos y síntomas que no se atribuyen a los hombres”, ha aclarado Herrero, quien ha agregado que si hay infradiagnóstico también existe infratratamiento. Algo que supone un gran problema ya que, “cuanto más precozmente comiencen muchos tratamientos, el curso de la enfermedad será diferente”.

Así, la catedrática ha afirmado que la medicina “debe estar centrada en la persona”, conociendo sus circunstancias personales, económicas y sociales porque “la enfermedad va a evolucionar dependiendo de esas circunstancias”. En este sentido, ha asegurado que los profesionales de Atención Primaria, “que siguen muy de cerca a los pacientes y el curso de su enfermedad”, deben entender la medicina desde esta no tan nueva visión de considerar las circunstancias de la persona y no solo de la patología.

Factores socioculturales que influyen en salud

Otros factores que se deben tener en cuenta son los aspectos socioculturales, que también influyen en la salud. José María Bleda, sociólogo experto en determinantes sociales de la salud y profesor de Sociología en la Universidad de Castilla-La Mancha, ha enumerado algunos: los ingresos económicos, la ocupación profesional, el hábitat donde vivan, el origen, el nivel educativo…

Los ingresos económicos determinan “si uno va a vivir más tiempo o no, la calidad de vida que va a tener, la accesibilidad a los servicios o la posibilidad de tratamientos”. Y, según Bleda, existe una “feminización de la pobreza o el mayor riesgo de pobreza”, lo que se traduce en un mayor riesgo de enfermedad.

En cuanto a la ocupación profesional, el sociólogo ha apuntado que son las mujeres quienes suelen tener los empleos más precarios. En este grupo de población también hay más despidos y no se promocionan tantas mujeres como hombres dentro de la empresa. “La salud laboral es uno de los problemas sin solucionar en nuestro país”, ha lamentado.

Respecto a los factores sociales, Bleda ha aclarado que se refiere a los valores predominantes de la sociedad. “Esos valores están tan interiorizados que las mujeres lo asumen. Asumen el cuidado de la casa, de los hijos, de sus mayores… Y conlleva un desequilibrio, un estrés y otras patologías ligadas a esos roles”, ha aclarado.

Por otro lado, Trinidad Herrero ha puesto de manifiesto la necesidad de incidir en la educación dentro de la familia y las escuelas, ya que el factor cultural está “interiorizado desde el nacimiento”.

Además, Herrero lamenta que no exista una asignatura de medicina de género en España, como sí ocurre en Austria. “En general, no hay cátedras de medicina de género y no se transmite a los estudiantes la diferencia entre hombres y mujeres respecto a enfermedades. Lo que no se enseña, no se aprende y no se aplica“, ha expuesto.

En definitiva, Cristina Alzina, directora ejecutiva de Negocio de Organon España, ha resaltado que “las mujeres representamos el 50 por ciento de la población mundial, por lo que es fundamental que nuestro estado de salud sea óptimo”. Así, ha señalado que desde la compañía, han puesto en marcha diferentes vías para mejorar la salud integral de las mujeres, como “la búsqueda de innovación y el impulso de una atención sanitaria con perspectiva de género“.

“Creemos que mejorando el conocimiento acerca de las necesidades de salud de las mujeres, estaremos un paso más cerca de lograr una sociedad saludable para todos“, ha concluido Alzina.


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