“La industria farmacéutica es uno de los sectores con mayor capacidad de influencia positiva sobre la sociedad española”, ha señalado Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria. “Contribuimos a la salud de las personas a través de la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, pero nuestra aportación y nuestro compromiso van más allá, y la apuesta por el empleo de calidad, por la promoción del talento y por la igualdad son también una manera de contribuir al desarrollo de nuestro país”.

Y es que las cifras de la última encuesta sobre el ‘Empleo en la industria farmacéutica innovadora 2021‘, realizada por Farmaindustria entre sus asociados, demuestran que la industria farmacéutica asentada en España es un motor económico y social para el país. Asimismo, arrojan un nuevo crecimiento en número de trabajadores y la consolidación de este sector como un referente en empleo estable, cualificado e igualitario.

Actualmente, el sector de la industria farmacéutica innovadora da empleo a más de 44.000 personas. A pesar de que los dos últimos años han estados marcados por la pandemia, se ha registrado un crecimiento medio anual superior al 2 por ciento durante el último cuatrienio (2017-2021). De hecho, Farmaindustria destaca que, solo en 2021, la industria contrató a 5.756 personas y “las previsiones para este año indican que se mantendrá la tendencia”.

Esto significa que el sector da trabajo a más de 210.000 personas en España si se suman los empleos indirectos e inducidos. Cada empleo directo en la industria farmacéutica genera hasta cuatro indirectos o inducidos, como constata el informe ‘El valor del medicamento desde una perspectiva social 2021’.

“En estos momentos de profunda crisis, la industria farmacéutica innovadora es uno de los sectores estratégicos que más pueden contribuir a la reactivación económica y al impulso de nuestro modelo productivo para los próximos años; un modelo en el que los grandes sectores clásicos de la economía española se vean complementados por otros vinculados a la innovación, el conocimiento y el empleo de calidad y con capacidad de atraer nuevas fuentes de inversión internacional”, ha añadido López-Belmonte.

Estabilidad, cualificación, igualdad

El empleo de la industria farmacéutica se caracteriza por la estabilidad: un 93,4 por ciento de los contratos son indefinidos y sólo el 1,0 por ciento del empleo fijo trabaja a tiempo parcial, cuando la media nacional es del 18,1 por ciento.

La alta cualificación es otra de las señas de identidad, con un 64,4 por ciento de profesionales titulados –porcentaje que se eleva al 90 por ciento en el área de I+D–, y muy superior a la media española, que se sitúa en el 46 por ciento. Este indicador viene creciendo cada año, y 3 de cada 4 personas contratadas por las compañías farmacéuticas en 2021 tenían una titulación superior (en el resto de la economía nacional fueron sólo el 10 por ciento).

También se trata de un empleo diverso, ya que, como refleja la encuesta, el mayor crecimiento se concentra en el colectivo más joven (menores de 30 años), que ha crecido a un ritmo medio anual del 10 por ciento en el período 2017-2021, y en el más veterano (mayores de 54 años), con un crecimiento medio anual del 8,4 por ciento, que son los colectivos que presentan mayores tasas de paro en nuestra economía.

La igualdad es el otro gran valor inherente al empleo en este sector: más del 53 por ciento de las personas que trabajan en la industria son mujeres (la media nacional está en un 26 por ciento), un porcentaje que se eleva al 67 por ciento en los departamentos de I+D. En concreto, la plantilla de mujeres ha crecido en los últimos 4 años a un ritmo medio anual del 2,8 por ciento.

La apuesta por la igualdad y el impulso al talento femenino se constata en los puestos de dirección, donde el sector farmacéutico presenta tasas muy superiores a la media empresarial. Así, los comités de dirección de las compañías farmacéuticas cuentan con un 44,8 por ciento de mujeres, cuando la media de las grandes empresas del IBEX-35 se sitúa en el 17,6 por ciento. Además, el 20,3 por ciento de los primeros ejecutivos son mujeres, frente a la media del 3,6 por ciento que marcan las empresas del IBEX-35.


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