Las compañías farmacéuticas innovadoras proporcionan a la sociedad uno de los bienes más preciados y que más contribuye al bienestar y la salud de la población: el medicamento. El principal objetivo de este sector es por tanto, mejorar la vida de las personas a través de la innovación biofarmacéutica. En este sentido, Farmaindustria ha publicado el informe ‘Sostenibilidad en cifras: impacto social y medioambiental de la industria farmacéutica’, el primero de sus características en España que recoge cómo este sector lleva desde hace tiempo integrando los principios de sostenibilidad en su labor con el objetivo de aportar un mayor beneficio a la sociedad y mejorar el entorno que le rodea.

Entre los datos más destacados en cuanto a cuidado del medioambiente y lucha frente al cambio climático se refiere, el documento recoge que el 80 por ciento de las grandes compañías del mundo ya han firmado compromisos de cero emisiones o de emisiones neutras o que el 70 por ciento de la energía consumida por las compañías ya es de origen renovable. Otro de los apuntes importantes es que cada año se reciclan más de 100 gramos de medicamentos por persona a través de los puntos SIGRE o que 1.700 de toneladas de materiales de envasado al año son ahorrados gracias al ecodiseño. Fina Lladós se ha estrenado como nueva presidenta de la patronal de la industria farmacéutica española admitiendo que «nuestro impacto en la sociedad tiene que ser sostenible» y que «nuestro deber es garantizar el equilibrio entre el crecimiento de la compañía desde las buenas practicas y la transparencia». En cuanto a criterios ESG, ha insistido en que «son una oportunidad para hacer mejor a nuestras compañías».

En cuanto al impacto en el desarrollo social, el documento muestra que el 73 por ciento del aumento de la esperanza de vida en los países desarrollados se debe a los nuevos medicamentos, que el 70 por ciento de la mejora en supervivencia por cáncer en España es atribuible a los tratamientos innovadores o que más de 150 medicamentos están autorizados ya en Europa para enfermedades raras. A su vez, muestra que los fármacos son responsables de la erradicación o control de enfermedades como la viruela, la hepatitis C o el VIH. En concreto, en Europa se salvaron más de 1,4 millones de vidas gracias a las vacunas contra la COVID-19. Además de ello, la industria farmacéutica innovadora en España invierte 1.400 millones de euros al año en I+D en biomédica. En cuanto a empleo de calidad y referencia en igualdad, recoge que el 96,4 por ciento de los puestos de trabajo son indefinidos y que las mujeres representan el 56,1 por ciento de las plantillas, con presencia del 45,2 por ciento de ellas en los comités de dirección.

En el aspecto de gobernanza y transparencia, Farmaindustria puso en marcha el primer código de conducta para el tratamiento de datos personales en investigación clínica y farmacovigilancia. Esta apuesta por la transparencia ha sido reconocida y avalada por el consejo de transparencia y buen gobierno. Juan Yermo, director general de Farmaindustria, ha insistido durante su intervención que es necesario establecer un diálogo constructivo con Sanidad para seguir mejorando en materia de sostenibilidad. «El compromiso de la patronal de extiende a todas las edades y nuestras compañías llevan años trabajando en esta direccion», ha matizado. A continuación, Ana Bosch, directora del Departamento Jurídico de Farmaindustria y responsable del Grupo de Trabajo ESG, ha mencionado que “en el contexto actual se hace necesario trazar una hoja de ruta para las compañías farmacéuticas en la que se conjuguen los conceptos del compromiso en el cuidado del medioambiente y la lucha contra el cambio climático, y al mismo tiempo generar un impacto positivo en la sociedad».

Actuación de Sanidad y de las compañías

El cambio climático se ha convertido en una crisis de salud pública, reconocida por la OMS como la mayor amenaza para la salud global en el siglo XXI. En España, más de 3.000 muertes fueron atribuibles a las olas de calor entre 2022 y 2023. El sistema sanitario es responsable del 4,4 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y los fármacos representan entre el 20-30 por ciento de la huella de carbono del Sistema Nacional de Salud (SNS). En este contexto, Héctor Tejero, director del Observatorio de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, ha señalado durante su intervención que «es crucial adoptar un enfoque ambientalmente sostenible, con un enfoque en la descarbonización del sistema sin poner en riesgo la calidad del servicio y la seguridad de los pacientes».

El Ministerio de Sanidad de España ha identificado varias áreas clave para mejorar la sostenibilidad, incluyendo los inhaladores fluorados y los gases anestésicos, que son responsables de una parte significativa de las emisiones. Para ello, están desarrollando iniciativas como la creación de un grupo de ‘anestesia verde’ y la reforma de la Ley del Medicamento, que incluirá criterios ambientales para la compra de productos farmacéuticos. «El objetivo es integrar el impacto ambiental en el uso racional de los medicamentos, en la fijación de precios y en los planes de descarbonización, marcando un horizonte de cambio gradual y sostenible», ha precisado.

Durante una mesa de debate posterior a la presentación del informe, Carlos Murillo, presidente de Pfizer España, ha enfatizado en que la sostenibilidad forma parte central de su estrategia, con compromisos públicos en ESG que se han integrado a la operación diaria. «La compañía está trabajando en la descarbonización mediante la reducción de la demanda energética, el abandono de combustibles fósiles y el uso de energías renovables», ha afirmado. Tanto es así, que desde 2019, la planta de Pfizer en España funciona con electricidad 100 por cien renovable. Además, ha destacado que la industria farmacéutica necesita mejorar su comunicación, especialmente hacia las generaciones más jóvenes, quienes están más concienciadas con la sostenibilidad.

Por su parte, Inmaculada Gil Rabadán, directora general de Daiichi Sankyo España, ha señalado que su compañía tiene una visión a largo plazo para contribuir al desarrollo sostenible, y sus directivos lideran el cambio predicando con el ejemplo. Para ello, han adaptado su plan de sostenibilidad global a nivel local en España, y su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se refleja en todas sus áreas de trabajo. También ha destacado que en su compañía han reducido el uso de agua en un 40 por ciento en las cadenas de producción y que consiguen reciclar el 92 por ciento de los residuos. En cuanto a la gobernanza, ha recalcado que «la transparencia en la toma de decisiones es esencial, pero aún queda camino por recorrer».

Por último, Albert Cortada, director general de Ferrer España, ha destacado que en su compañía han decidido hacer las cosas de una manera diferente, priorizando el impacto social sobre los beneficios tradicionales. Han destinado más del 50 por ciento de sus beneficios a fines sociales en los últimos cinco años, a la vez que han adoptado decisiones inclusivas, orientadas a crear empleo y mejorar la vida de los más vulnerables. Cortada cree que comunicar mejor sus acciones es crucial para influir y motivar a otros sectores, ya que consideran que «la sociedad somos nosotros». Además, ha confirmado que medir el impacto social es clave, y para ello han implementado un proyecto de ESG para adaptarse a las nuevas legislaciones.


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