El cambio climático es uno de los mayores riesgos sanitarios del presente siglo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este influye en la salud, tanto directa como indirectamente, al modificar los patrones de las enfermedades infecciosas, aumentar los fenómenos meteorológicos extremos y el riesgo de sequías, inundaciones y la consiguiente inseguridad alimentaria, así como en el aumento las enfermedades respiratorias por la mala calidad del aire. El organismo que rige la salud mundial calcula que hoy en día una de cada cuatro muertes prematuras se debe a factores medioambientales.
La reducción del impacto ambiental del desarrollo y la fabricación de medicamentos es un área importante de la innovación con bajas emisiones de carbono y el control de la contaminación. Mediante la innovación se pueden introducir cambios en los productos, sus cadenas de suministro y sus procesos de fabricación para reducir el potencial de calentamiento global y/o el impacto en el medio ambiente. Por este motivo, desde la EFPIA creen que las innovaciones futuras ayudarán a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las producciones y cadenas de suministro. Así lo reiteran en su Libro Blanco sobre el cambio climático.
La industria farmacéutica reconoce su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sostiene que ya está impulsando acciones. Entre las iniciativas más reseñables figuran la optimización energética y la transición a energías renovables. Según una encuesta realizada en 2022 por la patronal, estas acciones ya han permitido reducir 1,5 millones de toneladas de CO2 en un periodo de tres años En el estudio también se muestra que las emisiones globales de CO2 del sector farmacéutico son diez veces inferiores en emisiones absolutas que las de sectores de alto impacto como el acero, el cemento, los productos químicos y la minería.
“Las compañías miembro de la EFPIA se esfuerzan por mejorar la salud y el bienestar humanos. Por lo tanto, comprender la relación entre las personas, la salud y el medio ambiente es fundamental para garantizar que la industria farmacéutica, junto con otras partes interesadas, desempeñe un papel activo en la descarbonización. Nuestra misión es crear un entorno de colaboración que permita a las empresas innovar, descubrir, desarrollar y suministrar nuevas terapias y vacunas para la población europea”, apuntan desde la patronal de la industria farmacéutica europea.
Emisiones de gases de efecto invernadero en el sector
El sistema sanitario europeo contribuye hasta en un ocho por ciento a las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la industria farmacéutica sólo contribuye a una parte de las mismas. “La industria está actuando de forma responsable para progresar en relación con los objetivos de reducción de CO2, abordando específicamente el aumento de la eficiencia energética y la reducción de la intensidad energética en todas nuestras cadenas de valor y abasteciéndose preferentemente de electricidad renovable”, sostiene la patronal.
El sector sanitario en España tiene un impacto significativo en las emisiones de carbono y se considera una de las actividades de mayor consumo de energía en todo el mundo. Según las previsiones, los centros sanitarios consumen más del doble de energía que cualquiera de los cinco sectores que le siguen en dicho consumo: oficinas, comercio, educación y alojamiento, a la vez que se estima que consume un 5 por ciento de la energía total mundial. Desde la multinacional alemana B.E.G. (Brück Electronic GmbH) apuntan a que las causas de ello comprenden desde el elevado número de instalaciones sanitarias hasta las altas emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la generación de dicha energía.