La Estrategia Farmacéutica de la Unión Europea supone una oportunidad para que la industria farmacéutica europea recupere la competitividad perdida durante los últimos años. Esta es la visión de la patronal de la industria farmacéutica en Europa, la Efpia. Esta entidad espera que este plan ayude a impulsar la I+D y que la UE recupere el liderazgo mundial en investigación biomédica.
En este sentido, se muestran satisfechos con la idea de que la Estrategia ofrezca incentivos al impulso de la I+D; creen que esto repercutirá positivamente en los pacientes al poder explorar nuevas alternativas terapéuticas.
Por otra parte, desde la Efpia valoran que el plan incluya las lecciones que deja la COVID-19, como la necesidad de reforzar el sistema sanitario y farmacéutico. También, en este apartado, el énfasis que realiza el plan en el refuerzo de la cadena de suministro; con ello se podría garantizar el abastecimiento incluso en situaciones excepcionales como crisis sanitarias.
Reorientación de los incentivos
Pero, en la otra cara de la moneda, critican que la estrategia refleja la intención de aumentar incentivos en áreas muy específicas con necesidades clínicas no cubiertas, como las enfermedades raras o las resistencias antimicrobianas como manera de mejorar el acceso. Desde la Efpia opinan que este no es el enfoque más correcto; en concreto, la directora general de la patronal, Nathalie Moll, plantea que estos incentivos pueden resultar “desestabilizadores y debilitantes”, resaltando que “se corre el riesgo de socavar los objetivos generales de la estrategia al crear incertidumbre y acelerar el flujo de inversión en ciencias de la vida desde la UE hacia los EE. UU., El Reino Unido y China”.
Por ello, desde la entidad proponen un trabajo conjunto de todas las partes interesadas para abordar los problemas de acceso y encontrar soluciones colaborativas a este problema..