El cáncer de vejiga es el cuarto tumor más diagnosticado en hombres en España. Y, sin embargo, apenas es conocido por la sociedad. Ante la necesidad de impulsar su visibilidad y ampliar el conocimiento sobre esta enfermedad, la Alianza Merck–Pfizer han lanzado el proyecto ‘Conversaciones sobre el Cáncer de Vejiga‘.
“Hay que animar a los pacientes a que hablen. Compartir la experiencia puede ayudar a otros pacientes que presentan la misma patología, además de ayudar al propio paciente que es capaz de expresarse y de hablar de su enfermedad. Además, desde hace cinco años, el cáncer de vejiga ha tenido grandes novedades de abordaje terapéutico, especialmente en el cáncer de vejiga metastásico”, afirma Carmen Perezagua, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital del Henares de Madrid.
Los expertos coinciden en que visibilizar esta patología puede ser muy beneficioso, tanto para los pacientes como para sus familias. Álvaro Pinto, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, apunta que aumentar la concienciación sobre esta enfermedad ayuda a que se sientan más acompañados y apoyados: “Tenemos que generar conciencia de que este tumor existe y es frecuente, no es una enfermedad rara. Hay que trabajar por no estigmatizar a los pacientes“.
Perfil del paciente
Según José Ángel Arranz, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, el perfil del paciente con cáncer de vejiga suele ser varón, de unos 60 años, habitualmente con una historia de tabaquismo o exposición profesional a sustancias tóxicas y, por lo general, con patología derivada del tabaquismo, es decir, ciertos problemas respiratorios como broncoespasmos, EPOC, etc.
Este tumor es más frecuente en hombres que en mujeres. Según Arranz, esto se debe a que “hay un mayor porcentaje de varones fumadores que de mujeres fumadoras, y que también está relacionado con ciertas profesiones, en las que existe una exposición a productos químicos”. “De hecho, el incremento en la incidencia que hemos detectado en mujeres puede estar debido a su incorporación al hábito del consumo de tabaco y al ámbito laboral”, agrega.
El por qué es un cáncer del que apenas se habla a pesar de su incidencia, es posible que tenga que ver con que afecta fundamentalmente a la población masculina. “Quizás por el perfil del paciente, es un cáncer que se vive más en soledad. Pero contarlo, decir en voz alta ‘tengo cáncer de vejiga’, y encontrarse con otras personas que están viviendo con nuestras mismas circunstancias, ayuda a afrontar la situación de convivir con él”, sostiene Zeltia Rodríguez, psico-oncóloga.
Avances terapéuticos y abordaje integral
En la actualidad, los pacientes de este tipo de tumor cuentan con nuevos avances terapéuticos que, gracias a décadas de investigación e innovación, han logrado que cada vez haya más esperanza y una mejor calidad de vida.
Para Arranz, los principales avances están relacionados con el tratamiento del paciente con enfermedad metastásica, donde la inmunoterapia está demostrando en los ensayos clínicos un incremento de la duración de la respuesta y de la supervivencia.
Pero también hay que tener en cuenta otros factores a la hora de llevar a cabo el abordaje de esta patología. La iniciativa ‘Conversaciones sobre el Cáncer de Vejiga’ quiere también poner de relieve la importancia de un abordaje integral que incorpore el acompañamiento de un psico-oncólogo.
En palabras de Zeltia Rodríguez, el trabajo del psico-oncólogo se desarrolla desde el momento del diagnóstico y no solo con el paciente, sino también con la familia. “Se pretende que tengan los recursos necesarios para afrontar cada una de las fases de la enfermedad”, señala. Según su experiencia, no son pocas las ocasiones en las que los pacientes llegan a su consulta con patologías asociadas, como procesos depresivos, cuadros de ansiedad, negación del tratamiento… “A nosotros no nos derivan a los pacientes porque se vayan a morir, ni porque estén locos. Trabajamos con gente que tiene que convivir con una enfermedad, un cáncer, y no tienen por qué saber cómo afrontarla“, explica.
Antes de derivar a un paciente al psico-oncólogo, Álvaro Pinto destaca que es importante valorar las necesidades del paciente, saber que hay cosas que cómo médico oncólogo no puedes llegar a manejar. “Igual que le pides un escáner y le mandas al servicio de radiología, le remites al compañero de psico-oncología porque crees que el impacto emocional también hay que evaluarlo“, concluye.