La enfermedad renal crónica (ERC) afecta en España a una de cada siete personas, es decir, al 15 por ciento de la población. Ahora, estos pacientes tienen una nueva opción terapéutica financiada: empagliflozina, comercializada como Jardiance®. Este tratamiento estará disponible a partir del 1 de marzo para adultos con ERC, gracias a la alianza Boehringer Ingelheim y Lilly.

Esta financiación se añade a la ya obtenida para su uso en diabetes tipo 2 y en insuficiencia cardiaca crónica (ICC) sintomática con independencia de refracción de eyección, con y sin diabetes.

Enfermedad renal crónica

La ERC cursa habitualmente sin síntomas por lo que muchas personas no saben que la padecen, lo que, a su vez, permite que la enfermedad se desarrolle en silencio. Se estima que dos de cada tres pacientes están sin diagnosticar. Esta enfermedad duplica el riesgo de hospitalización y es una de las principales causas de muerte en el mundo. Para diagnosticar la ERC deben realizarse dos pruebas clave: un análisis de sangre para comprobar la eficacia con que los riñones filtran la sangre, y un análisis de orina para comprobar los niveles de albúmina, como la creatinina.

Ponentes durante el evento.

En este sentido, Flora López Simarro, médico de familia en Barcelona y miembro de los grupos de trabajo de Gestión del Medicamento, Inercia Clínica y Seguridad del Paciente y de Diabetes Mellitus, Endocrinología y Metabolismo de Semergen, ha destacado que “el desconocimiento de esta enfermedad y la falta de actuación de los profesionales sanitarios ante los primeros signos, unido a la falta de síntomas en las fases iniciales provoca el retraso en el diagnóstico, que conlleva una disminución de la función de los riñones desde que aparecen los primeros síntomas hasta su detección”.

En el contexto de nuestro país, en los últimos 10 años la prevalencia de la ERC en sus fases avanzadas y en aquellas que necesitan terapia renal sustitutiva ha incrementado un 30 por ciento.Se conoce que las comunidades autónomas donde hay más pacientes con tratamiento renal sustitutivo son Ceuta, Cataluña, Canarias, Galicia y la Comunidad Valenciana, lo que supone el tres por ciento del gasto sanitario del sistema público de salud y el cuatro por ciento de la atención especializada hospitalaria.

“La enfermedad renal crónica es un problema de salud pública a nivel mundial, ya que hay 700 millones de personas en el mundo que la padecen. Este enfoque proactivo y las posibilidades que ofrece esta nueva opción de tratamiento tienen el potencial de mejorar aún más la gestión del síndrome cardiorrenal metabólico y las enfermedades renales; se trata de una esperanza renovada y una mejor calidad de vida para los pacientes, ha destacado López Simarro.

Eficacia del tratamiento

“Nuestra molécula ha demostrado una reducción en la progresión en la enfermedad renal o muerte por causas cardiovasculares, así como una reducción significativa de las hospitalizaciones por cualquier causa, lo que puede suponer una mejora para la vida de estos pacientes y reducir la carga de los sistemas sanitarios”, ha indicado Arantxa García, directora de medicina de enfermedades cardio renal metabólicas en Boehringer Ingelheim España.

La autorización de comercialización de empagliflozina (Jardiance) para ERC se basa en el ensayo clínico EMPA-KIDNEY de iSGLT2 en esta patología que incluye a la población que, tradicionalmente, ha estado infrarrepresentada en la investigación.

Los resultados han mostrado que este tratamiento redujo significativamente el riesgo de progresión de la enfermedad renal o muerte cardiovascular, concretamente, hasta un 28 por ciento de reducción del riesgo relativo de progresión frente a placebo en personas con ERC. Este ensayo también demostró una reducción del riesgo relativo de hospitalización por cualquier causa del 14 por ciento frente a placebo.

José Luis Górriz, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia y Miriam Rubio de Santos, directora médica del Área de Diabetes de Lilly.

Asimismo, el fármaco ha sido bien tolerado, en línea con lo observado en anteriores ensayos, lo que confirma el perfil de seguridad positivo del medicamento, así como el retraso de la entrada en diálisis.

José Luis Górriz, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha subrayado que “este tratamiento es histórico porque hacía muchos años que no había avances”. “Los nefrólogos solo podíamos dar fármacos que disminuían la presión dentro del riñón para ralentizar la progresión de la patología. Se descubrió hace unos años, en estudios entre 2015-202, que los fármacos inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa tipo 2 (SGLT2) presentaban eficacia al ayudar a las personas diabéticas a eliminar glucosa a través de la orina. Posteriormente se observó que reducía el riesgo de insuficiencia cardiaca en pacientes con ICC y, del mismo modo, se probó en pacientes renales demostrando que en pacientes sin diabetes consigue un beneficio en la mortalidad y en la progresión renal”.

Los especialistas han coincidido en que este nuevo tratamiento está cambiando la vida y el pronóstico de los pacientes, incluso en aquellas con enfermedad renal en etapa avanzadas. “Tiene un impacto y un beneficio muy importante en todas las fases de la enfermedad renal crónico, sobre todo, en las iniciales”, ha apuntado Górriz.

Impacto en pacientes

“La incorporación de este tratamiento a la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud es una excelente noticia para las personas afectadas por la ERC y para los profesionales que los tratan, ya que les va a permitir mejorar su pronóstico y su calidad de vida. Además, desde la Alianza con Boehringer Ingelheim estamos trabajando para intentar mejorar el manejo de la ERC, para lo que es fundamental que se produzca un diagnóstico temprano, en fases iniciales”, ha afirmado Miriam Rubio de Santos, directora médica del Área de Diabetes de Lilly.

A pesar del beneficio de este fármaco, los expertos han lamentado que los pacientes tengan que esperar a presentar síntomas para detectar la enfermedad ya que, mediante un control desde la Atención Primaria, se podría detectar en fases tempranas y controlarla precozmente. “En el 90 por ciento de los casos es una enfermedad lenta y progresiva. Por eso es importante concienciar, sensibilizar y hacer campañas de detección en los pacientes de riesgo”, ha recalcado Górriz.


También te puede interesar