La Asociación Española de Vacunología (AEV), ha desmentido las informaciones difundidas por redes sociales y programas de mensajería instantánea sobre la relación entre el POLISORBATO 80 (incluido en una de las vacunas antigripales) y la infección por SARS-CoV-2.
En este mensaje, se sugiere en base a un estudio desarrollado en el Hospital de Barbastro, que esta vacuna ha tenido un impacto negativo en la respuesta inmune de los pacientes que han padecido la COVID-19. Desde la AEV realizan varias consideraciones clínicas, epidemiológicas y metodológicas que rebaten el mensaje difundido.
Edades de incidencia
Desde la AEV recuerdan que, en todos los países del mundo, las muertes por COVID-19 se han concentrado en las edades más avanzadas. No obstante, hay grandes variaciones en cuanto a la cobertura de vacunación de gripe en estos grupos. Estas oscilan desde el 5 por ciento en China hasta más del 70 por ciento en Reino Unido.
Además, se ha detectado un gran número de casos de personas menores de 65 años afectadas. Cabe tener en cuenta que la vacuna antigripal adyuvada no se administra en este grupo de edad. En este sentido, señalan que el POLISORBATO 80 está incluido también en algunas vacunas del calendario vacunal infantil, habiendo resultado estos los menos afectados por el nuevo coronavirus.
Consideraciones respecto a centros sociosanitarios
Una de las ideas que sostienen los autores del estudio es que entre los fallecidos, la cobertura vacunal es más alta que en el Sector Sanitario de Barbastro.
Pero desde la AEV instan a tener en cuenta consideraciones tales como que los brotes y mueres han afectado en mayor medidas a las personas que viven en residencias. También que en estos centros, las coberturas de vacunación en gripe son más altas.
Fabricación de las vacunas
Otra de las hipotesis que los autores han reconocido manejar es que una posible contaminación de las vacunas de la gripe tuvieran influencia con el SARS-CoV-2. Esta idea, indican desde la AEV, iría en contra tanto de la credibilidad de los procesos de calidad realizados en todas las vacunas como del momento de la aparición del virus.
Asimismo, desde la entidad plantean que la mayoría de vacunaciones se realizaron a finales de 2019, mientras que fue en los meses de abril y mayo cuando se produjo el pico de casos. En este sentido, no entienden que lleva a concluir una posible relación entre estos dos factores. Tampoco entienden que, si esto fuera cierto, se hubiera producido tanta diferencia temporal entre los brotes surgidos en China, Italia y el resto de países.
‘Los 3 elementos’
En el estudio se postula que «por sí mismos, ni el POLISORBATO 80 ni el coronavirus serían capaces de desencaderan la reacción de hipersensibilidad». También apuntan en las conclusiones que «un hipotético mecanismo para la posible interferencia inmunitaria requiere de la concurrencia de 3 elementos». Estos serían la exposición previa del sujeto a la administración de POLISORBATO 80 por vía parenteral, ya sea a través de la vacuna adyuvada u otros fármacos que la contengan; en segundo lugar, el estado inmunitario del sujeto no óptimo como la edad avanzada, patologías autoinmunes concomitantes o exposición a tratamientos inmunosupresores; por último, el contagio posterior con una cepa del SARS-CoV-2.
Así, los autores concluirían que para que se produzcan los efectos de la pandemia serían necesarios estos tres elementos. Por ello, desde la AEV, aseguran que para que esta hipotesis fuera cierta, el POLISORBATO 80 debería ser parte imprescindible de la ecuación. Otro aspecto a tener en cuenta es que tres comunidades autónomas en España no usaron esta vacuna antigripal adyuvada. En China tampoco está disponible esta vacuna.
Conclusiones de la AEV
Con todo esto, desde la AEV aseveran que «parece evidente que las hipótesis y resultados de los autores contravienen los principios de la epidemiología y la metodología de la investigación y perjudica los esfuerzos que a diario se realizan por grupos y profesionales sanitarios que trabajan para mantener y mejorar las coberturas de vacunación en niños, adultos y grupos de riesgo; y, por tanto, el estado de salud de la población».
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