Una de las preocupaciones más extendidas dentro de la industria farmacéutica desde que se aprobó el Brexit fue la incertidumbre respecto al funcionamiento del sector. En concreto, uno de los puntos importantes era conocer en qué situación iban a quedar los trabajadores del sector de life science tras la ‘ruptura’ entre territorios.
Ahora, Reino Unido ha publicado los puntos en que se basará su nuevo sistema de inmigración. Este sistema se basa en la asignación de puntos por habilidades, cualificación, salario o profesión específica. Está previsto que esté sistema entre en vigor a partir del 1 de enero de 2021.
Retención del talento
Desde la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI) recuerdan que sus demandas en cuanto a un nuevo sistema de inmigración se dirigían a que el nuevo plan fuera “justo, transparente y que permita el acceso al mejor talento global“. En este sentido, Andrew Croydon, director de Políticas de Educación y Habilidades de la ABPI, declara que “la ciencia es un esfuerzo global y se beneficia al utilizar las habilidades de un grupo internacional de talentos”.
Además, Croydon concreta que el objetivo es “seguir atrayendo a los expertos necesarios sin importar de dónde sean para desempeñar roles altamente cualificados, vitales para hacer del Reino Unido un centro global de ciencias de la vida”.
Implicaciones de la normativa
Una de las peticiones más importantes que registró la industria farmacéutica británica respecto al Brexit fue la relativa a las contrataciones en el sector. Con alrededor de 6.000 empresas, según cifras de la ABPI, el objetivo de Reino Unido es mantener su competitividad. También, afrontar la falta de personal cualificado que hay actualmente por la constante evolución del sector de life science.
Por ello, el sistema de inmigración planteado incluye medidas muy diversas. En primer lugar, se informa de que se dará prioridad a aquellos profesionales con alta cualificación. Aquí se incluye a científicos, ingenieros y académicos de otras disciplinas. El Gobierno británico se compromete expresamente a tratar de la misma manera a los trabajadores, independientemente de si provienen de la Unión Europea o no. Además, se especifica que en profesionales con alta cualificación, se permitirá su entrada al país a pesar de que lleguen sin una oferta de trabajo.
En cuanto a los estudiantes, sus visados también estarán basados en un sistema de puntos. Desde la ABPI detallan que estas visas estarán abiertas para ciudadanos de la Unión Europea. Otro de los puntos que se incluye en el sistema es la revisión periódica de aquellas profesiones con más escasez.
Por último, se expone que los requisitos para las personas que entren en el programa se rebajarán un 30 por ciento respecto a los trabajadores experimentados.
Revisiones periódicas
El objetivo final que se pretende con esta normativa es mantener la competitividad del sector, para lo que el Gobierno se compromete a revisar periódicamente este sistema de puntos si es necesario. En concreto, creen fundamental tener en cuenta la naturaleza cambiante de la investigación y el desarrollo de medicamentos y su influencia en el sector.
El próximo paso que plantean desde la ABPI es trabajar conjuntamente con el Ministerio del Interior para avanzar en esta regulación. Y precisamente en esta línea se manifiesta Andrew Croydon, afirmando que “la entidad trabajará con el Ministerio del Interior a medida que implementen este sistema, asegurando que las reglas reflejen la naturaleza cambiante del sector y sean lo suficientemente flexibles para mantenernos competitivos en el futuro“.
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