La industria farmacéutica innovadora representa un sector estratégico clave en España desde la perspectiva sanitaria y también desde la económica y social. Este sector desempeña un papel fundamental en el desarrollo de nuevos tratamientos que mejoran la calidad de vida de los pacientes, al tiempo que impulsa el crecimiento económico mediante la creación de empleo cualificado, el fomento de la investigación y la atracción de inversión. La combinación de estos factores convierte a la industria farmacéutica en un pilar esencial para el progreso y la sostenibilidad en el país.
La inversión en medicamentos innovadores es el mayor responsable del aumento de la esperanza de vida del ser humano. Así, en los últimos 20 años se han producido grandes logros en la medicina que se han traducido en importantes incrementos de la esperanza media de vida. Solo en la primera década de este siglo se ganaron 1,74 años de vida en los países desarrollados, de los que el 73% se puede atribuir directamente al efecto positivo de los nuevos medicamentos sobre la salud de la población. Los fármacos son responsables de la erradicación o control de enfermedades como la viruela, la hepatitis C o el VIH. En concreto, en Europa se salvaron más de 1,4 millones de vidas gracias a las vacunas contra la COVID-19. Además de ello, la industria farmacéutica innovadora en España invierte 1.400 millones de euros al año en I+D en biomédica. En cuanto a empleo de calidad y referencia en igualdad, recoge que el 96,4% de los puestos de trabajo son indefinidos y que las mujeres representan el 56,1% de las plantillas, con presencia del 45,2% de ellas en los comités de dirección.
En el informe ‘La industria farmacéutica y su contexto en España 2024’, en el que por primera vez Farmaindustria recopila las principales cifras del sector sanitario procedentes de fuentes de datos oficiales públicas, publicaciones científicas y organismos relevantes, además de datos propios de la patronal, muestra que el sector ha aumentado un 39% la dimensión de su fuerza laboral en los últimos ocho años (2015-2022), hasta alcanzar los 54.355 empleos directos en 2022. En España, se estima que por cada empleo directo en la industria farmacéutica se generaron cuatro empleos adicionales (1,5 indirectos y 2,5 inducidos), lo que implicaría que, contando el empleo directo, indirecto e inducido, este sector industrial generaría un volumen de empleo superior a las 270.000 personas.
Asimismo, el 96,4% del empleo directo en la industria farmacéutica innovadora tiene carácter indefinido, una cifra muy superior al total de la economía española donde el empleo indefinido ocupa al 82,8% del empleo total. Además del empleo indefinido que genera la industria, y del fuerte efecto arrastre en términos de generación de empleo indirecto e inducido, la práctica totalidad de este ( mayor al 99%) es a tiempo completo. Del mismo modo, el documento muestra que el 70% de los empleados tienen titulación superior, elevándose este porcentaje al 90% en el área de I+D. “Así, mientras que en 2015 los empleos directos en la industria farmacéutica innovadora de menores de 30 años suponían un 5,0% de su plantilla total, en 2023 alcanzaron el 9,6% y las previsiones apuntan que en 2024 se situará en el 10,5% de la plantilla total”, argumenta.
En el caso del empleo femenino, la ratio de empleo femenino sobre total ha pasado del 51,9% de 2017 al 56,1% en 2023. Las primeras estimaciones para 2024 (INE) arrojan una ratio de empleo femenino en el sector del 60,5%, lo que constituye un récord histórico. El incremento del empleo femenino se produce también en los puestos de mayor responsabilidad, como demuestra el hecho de que la presencia femenina en los Comités de Dirección de las compañías farmacéuticas innovadoras haya aumentado del 41,3% de 2017, al 45,2% en 2023.
Investigación y desarrollo
En términos de I+D, los resultados de la Encuesta sobre Inversión en I+D en 2022 de Farmaindustria, muestran que la inversión en I+D de la industria farmacéutica española alcanzó un nuevo máximo histórico al destinar 1.395 millones de euros a estas actividades, un 10,1% más que en 2021. Además, el 60% de los 1.395 millones de euros se dedicaron a ensayos clínicos (834 millones de euros), de los cuales un 36% se destinaron a fases tempranas (Fases I y II), es decir 304 millones de euros. Según estimaciones de la patronal, el 60% de los recursos destinados a I+D en 2022 se dedicaron a ensayos clínicos, siendo ésta la partida que más inversión recibe por parte de las compañías farmacéuticas. Adicionalmente, se destinó a investigación básica el 12,5% de la inversión total en I+D, siendo ésta la segunda partida con mayor dotación de recursos.
En términos de producción, recoge que el sector produce por valor de más de 23.200 millones de euros, con un alto valor añadido como industria y una alta productividad laboral. España cuenta con 106 plantas de producción de medicamentos de uso humano, de las que más de 80 producen medicamentos de marca, lo que refuerza la autonomía estratégica abierta. El farmacéutico también es el segundo sector de mayor productividad de toda la industria manufacturera, y representa casi el doble de la media de todo el sector industrial manufacturero español. El sector es también el segundo industrial que más invierte en investigación y desarrollo, con casi uno de cada cinco euros de inversión industrial nacional total. Las compañías farmacéuticas son las que más innovan (el 78,3% del total de compañías son innovadoras) por delante de cualquier otra industria.
ESG
En este sentido, la patronal presentó hace unas semanas otro informe sobre sostenibilidad, siendo el primero de sus características en España. Se trata de ‘Sostenibilidad en cifras: impacto social y medioambiental de la industria farmacéutica’, que recoge cómo este sector lleva desde hace tiempo integrando los principios de sostenibilidad en su labor con el objetivo de aportar un mayor beneficio a la sociedad y mejorar el entorno que le rodea. Entre los datos más destacados en cuanto a cuidado del medioambiente y lucha frente al cambio climático se refiere, el documento recoge que el 80% de las grandes compañías del mundo ya han firmado compromisos de cero emisiones o de emisiones neutras o que el 70% de la energía consumida por las compañías ya es de origen renovable. Otro de los apuntes importantes es que cada año se reciclan más de 100 gramos de medicamentos por persona a través de los puntos SIGRE o que 1.700 de toneladas de materiales de envasado al año son ahorrados gracias al ecodiseño.
Por último, la industria española destinó un total de 3.267 millones de euros a la protección ambiental en 2021, un 24,4% más que en el año anterior. El 18% del total fue aportado por la industria química y farmacéutica (no se dispone de información desagregada para la industria farmacéutica), situándose como la segunda agrupación económica que más gastó en protección ambiental (solo por detrás de la industria de la alimentación, bebidas y tabaco), destinando un total de 584 millones de euros en 2021, un 29,6% más que en el año anterior. En lo que se refiere a la Inversión en protección ambiental, la Industria química y farmacéutica fue la segunda agrupación económica, por detrás de la industria de la alimentación, bebidas y tabaco, que más invirtió en 2021, destinando a este capítulo un total de 134 millones de euros, un 18,5% más que en el año anterior. El 51% de la inversión fue destinada a medidas de protección del aire y del clima.