Anualmente, 1.2 millones de personas mueren en el mundo a causa de las resistencias antibióticas. Además, cerca de 133.000 personas fallecen en Europa y 4.000 personas en España, lo que supone 4 veces más que las víctimas causadas por víctimas de tráfico. De hecho, según el reciente estudio publicado en The Lancet, 7,7 millones de personas murieron en 2019 debido a infecciones resistentes y susceptibles a los antimicrobianos, y las perspectivas de futuro son aún más preocupantes.

Para abordar esta dura realidad, MSD ha organizado la campaña “Hagamos un buen uso de los antibióticos. Comparte el mensaje, súmate” que se enmarca en la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos” y que cuenta con el apoyo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc); la Sociedad Española de Quiimioterapia (SEQ); la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).

Jordi Vila Estapé, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínic de Barcelona, y Manuel Cotarelo, director médico de Enfermedades Infecciosas de MSD España han sido los encargados de tratar este grave problema. Para ello, los especialistas han apostado por vertebrar la labor en tres conceptos: formación, concienciación e investigación. Asimismo, han subrayado la importancia de potenciar el concepto One Heath, “la salud de las personas y la de los animales van de la mano y tienen un vínculo muy estrecho con el medioambiente y los ecosistemas. De hecho, el 60 por ciento de los agentes patógenos que causan enfermedades humanas provienen de animales domésticos o silvestres, y que el 75 de los agentes patógenos humanos emergentes son de origen animal.

Resistencias Antibióticas por el mundo

Además, Vila ha remarcado la importancia de hacer un uso responsable de los antibióticos. Es más, ha señalado que durante la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 la tendencia del abuso de los antibióticos varió. Normalmente, se abusaba del uso de estos fármacos en la atención ambulatoria, mientras que en la atención hospitalaria se mantenía un control en el uso. En cambio, durante los primeros días, ante el desconocimiento de la enfermedad se normalizó el uso de antibióticos para el tratamiento de la inflamación provocada por la COVID-19  y, después con el tiempo, se ha demostrado que este tratamiento sólo era eficaz para un número reducido de caso. Por el contrario, en la atención ambulatoria se redujo notablemente debido a la baja asistencia de pacientes a estos centros.

Por otro lado, el jefe de servicio de Microbiología del Hospital Clinic de Barcelona aseguró que este problema es especialmente severo en los países en vías de desarrollo debido a la escasez de medios y la escasa eficacia de los antibióticos utilizado. Esta realidad contrasta mucho con la situación en Europa. Aunque el microbiólogo ha señalado que existen diferencias entres las diferentes regiones europeas. Los países del sur de Europa son los que realizan un uso más irresponsable en comparación con los países nórdicos. Esto se debe a varios factores: La educación de la sociedad; el tiempo de dedicación a los pacientes, muy superior a los 5 minutos de media existentes en ap en España y el uso de la receta diferida.

90 segundos MSD

Para concluir, Cotarelo ha mostrado los videos que ha preparado MSD como piedra angular de la campaña para la concienciación de la sociedad. Son videos de 90 segundos que realizan un paralelismo de la cantidad de cosas que puedes hacer. Sin emabrgo, se estima que en 2050, durante este periodo de tiempo, fallecerán 30 personas a causa de las bacterias resistentes.

Uno de los video proyectados recogía las palabras de Bruno González-Zorn, director de la Antimicrobial Resistance Unit UCM, que aboga por la importancia del concepto One Health. “Es un enfoque integrado y unificador que tiene como objetivo equilibrar y optimizar de manera sostenible  la salud de las personas, de los animales y de los ecosistemas. Lo que afecta a cualquiera de estos tres componentes afecta a todos los demás”. Para ello, González-Zorn apuesta por la concienciación, la prevención y en un sistema de monitorización, identificación y diagnóstico adecuado”.

Por último, Manuel Cotarelo ha puesto el broche final, remarcando la importancia de pivotar nuestra acción en los conceptos de formación, concienciación y de investigación. Son el camino para poder hacer frente ante el grave problema que van a suponer las resistencias antibióticas.


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