La terapia con radioligandos (RLT, por sus siglas en inglés) se está convirtiendo en un pilar esencial de la atención oncológica. Se trata de un enfoque terapéutico dirigido que ha demostrado beneficios clínicos en el tratamiento de tumores neuroendocrinos gastroenteropancreáticos y cáncer de próstata avanzado, así como en otros tumores avanzados. Como modalidad de tratamiento emergente, la RLT está mejorando la atención oncológica, incluida la mejora de los resultados en indicaciones con opciones de tratamiento limitadas, como el cáncer de próstata metastásico resistente a la castración PSMA-positivo y los tumores neuroendocrinos. El avance científico de los radioligandos está progresando rápidamente en múltiples tipos de tumores, y en la actualidad ya hay casi 150 ensayos clínicos puestos en marcha.

Según los expertos, el aumento de la investigación y la posible comercialización de más tratamientos de este tipo hará que la demanda para tratar a un mayor número de pacientes crezca. A pesar de sus beneficios, un nuevo documento elaborado por la consultora IQVIA identifica que su integración y uso requiere un complejo conjunto de necesidades de infraestructura y capacidad. La investigación del Instituto IQVIA ha identificado cinco palancas principales que influyen en el éxito de la integración de las RLT en el sistema sanitario. Se trata de capacidad de diagnóstico, procesos de derivación de pacientes, número de centros/camas de RLT, marcos normativos y de autorización de pacientes, y mano de obra cualificada. «En particular, el proceso de derivación de pacientes es fundamental para garantizar la administración oportuna de los RLT y es el tema central de esta investigación», asegura el documento. Por ello, considera esencial que para garantizar el acceso de los pacientes a estas terapias «es necesario establecer vías de derivación estandarizadas, eficientes, transparentes y fáciles de navegar».

La investigación destacada en este informe se centra en las vías de derivación para la RLT en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración metastásico (CPRCm). El proceso de derivación de pacientes a RLT suele constar de siete pasos clave. En primer lugar, el médico confirma la progresión del paciente a CPRCm y considera la RLT como una posible opción de tratamiento. A continuación, se deriva al paciente a un centro capaz de administrar el tratamiento. Posteriormente, se realizan pruebas como PET-TAC PSMA, análisis de sangre y gammagrafía renal para establecer la elegibilidad de la RLT. Una vez finalizadas estas pruebas, un equipo de médicos, que incluye oncólogos y médicos especialistas en medicina nuclear, evalúa los resultados y toma una decisión sobre el tratamiento. Si se considera que el paciente es apto, se inicia el tratamiento con RLT y se le somete a un estrecho seguimiento durante todo el proceso.

La ejecución de estos pasos varía entre países y regiones. Además, existen varias barreras en cada paso que limitan la eficiencia del proceso. De hecho, en la actualidad no todos los países disponen de tratamiento RLT, por lo que «es necesario estudiar en detalle las barreras del proceso actual de derivación de pacientes para comprender dónde se pueden realizar mejoras». «Lo aprendido de las vías de derivación de pacientes de RLT identificadas será beneficioso no solo para esta área terapéutica, sino que también puede ayudar a planificar la entrada de otras terapias innovadoras complejas en el futuro», sostiene el documento.

En un análisis comparativo entre Francia, Alemania, Italia y España, se observa que el nivel de datos e información disponible varía de un país a otroLa capacidad diagnóstica medida en términos de pacientes elegibles estimados que recibirán una prueba diagnóstica en 2023 osciló entre el 50 y el 60 por ciento en Alemania, Italia y España. Por otro lado, los procesos de derivación pueden influir en el tiempo que transcurre entre el diagnóstico y el tratamiento. En Francia, este periodo se estima en tres semanas, mientras que en Alemania y España se aproxima más a las siete u ocho semanas. España tiene el mayor número de centros identificados con capacidad actual para administrar las RLT (65-70) en comparación con Alemania (40-45), Francia (40-45) e Italia (30-35).

Se calcula que en Alemania hay 8,9 médicos nucleares por centro identificado, frente a los 6,3 y 6,6 en Italia y en España. En Francia hay 2,9. Alemania y España tienen una capacidad anual relativamente mayor en términos de plazas de tratamiento identificadas por cada 100.000 habitantes (más de 50 por cada 100.000), lo que sugiere un mayor grado de preparación para futuros aumentos de la demanda de pacientes, mientras que Francia e Italia tienen una capacidad relativamente menor. Según este análisis inicial, es probable que Francia e Italia necesiten centrarse más en mejorar su capacidad.

Actualmente, en España se está llevando a cabo un ensayo clínico de Fase I/II, abierto y multicéntrico, que evalúa la seguridad, tolerabilidad, farmacocinética, dosimetría y respuesta a dosis repetidas de la terapia con radioligando 177Lu-PSMA-R2 en pacientes con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración, progresivo y positivo para el antígeno de membrana específico de la próstata (PSMA), tras haber recibido tratamiento sistémico previo.

Este estudio tiene como objetivo determinar la dosis recomendada de 177Lu-PSMA-R2 para la RLT en este tipo de pacientes. La Fase I del estudio se centra en establecer la dosis óptima, mientras que la Fase II ampliará la investigación a aproximadamente 60 pacientes para documentar la actividad preliminar del tratamiento, evaluaciones continuas de seguridad y recopilación de datos sobre la calidad de vida.

Barreras identificadas

El documento subraya que abordar las barreras identificadas es crucial para garantizar la administración oportuna del tratamiento. Por ello, considera que adoptar las lecciones aprendidas y los enfoques relativos a las derivaciones de RLT entre países y desde otras áreas terapéuticas puede reducir los retrasos en el tratamiento y mejorar potencialmente los resultados de los pacientes. «Los retos que plantea la coordinación eficiente de la atención oncológica son especialmente importantes en el caso de los tratamientos menos establecidos, como las terapias con radioligandos, que a menudo requieren un paradigma de derivación nuevo y complejo», especifica. A continuación, menciona que el establecimiento de vías eficientes de derivación de pacientes ofrecerá a éstos la oportunidad de recibir el inicio del tratamiento a tiempo, mientras que la ausencia de un proceso de derivación óptimo puede dar lugar a resultados desfavorables para los pacientes.

Las vías eficientes de derivación de pacientes son un reto en todos los ámbitos de la enfermedad y pueden provocar retrasos en el inicio del tratamiento, lo que se traduce en resultados subóptimos para los pacientes. El documento precisa que la atención oncológica requiere un complejo proceso de coordinación en el que los pacientes deben colaborar con diversos equipos sanitarios, como los de atención primaria, oncología y otras especialidades, para tratar sus dolencias. «Estos equipos difieren en su capacidad para funcionar de forma cohesionada y en su eficacia para lograr resultados sanitarios óptimos para el paciente», añade.

Una revisión sistemática y un metaanálisis realizados en 2020 sobre siete tipos de cáncer y tres modalidades de tratamiento revelaron que un mes de retraso en el tratamiento del cáncer se asocia a un riesgo de mortalidad entre un 6 y un 13% mayor y que «los retrasos más prolongados son cada vez más perjudiciales». Del mismo modo, los estudios de datos de ensayos clínicos y pruebas reales de CAR-T han descubierto que los retrasos en la administración del tratamiento provocan un exceso de mortalidad porque algunos pacientes fallecen antes de recibir tratamiento y porque los restantes reciben el tratamiento más tarde en el curso de su enfermedad, lo que reduce la eficacia del tratamiento. Además, la reducción de la demora en el tratamiento mejoró los resultados de supervivencia.

«A medida que se incorporan tratamientos más innovadores y complejos al paradigma de la atención oncológica, es necesario estudiar detenidamente las vías de derivación de pacientes para identificar los obstáculos y las mejores prácticas«, reitera. Por todo ello, concluye que «abordar los obstáculos a una vía eficiente en una fase temprana del ciclo de vida de estos nuevos tratamientos ayudará a garantizar que los pacientes no se enfrenten a las consecuencias de los retrasos en el tratamiento y a posibles resultados subóptimos».


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