El reloj de la verificación avanza hacia el 9 de febrero de 2019, día en el que tendrán que estar funcionando todos los sistemas que desarrollan la directiva europea antifalsificación. Para entonces, industria, farmacia, distribución y centros sanitarios deberán tener operativos sus respectivos desarrollos sin excepción. De hecho, Europa ha insistido en que no se aplicará ninguna excepción en relación al cumplimiento de la directiva. Deberá estar todo en orden dentro de poco más de un año, sí o sí.
España es uno de los países de la Unión Europea en los que la directiva está más avanzada. La firma el pasado 21 de diciembre del contrato entre el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (Sevem) y Arvato para oficializar la elección de proveedor tecnológico, como ya adelantó EL GLOBAL, venía a refrendar la buena marcha del proyecto español tras más de u n año de negociaciones entre las dos partes. El acuerdo llegaba tras cerrar los aspectos jurídicos, económicos y técnicos de un contrato de colaboración de gran complejidad que regulará la colaboración de ambas entidades para la puesta en marcha y sostenimiento del sistema de verificación durante los próximos años.
Por tanto, España sigue en cabeza pero se encuentra con el mismo problema que presenta el resto de países europeos, la aplicación de la directiva en hospitales y centros sanitarios. Ahí está el verdadero problema. A día de hoy no existe ningún proyecto en pilotaje de cara a poner en marcha lo que exige la directiva. A un año prácticamente de su entrada en vigor, ningún hospital o centro sanitario ha acreditado que esté trabajando en un sistema o en algún tipo de solución al respecto. Una solución que dado el poco tiempo del que se dispone debería empezar a pilotarse ya. Lo que está claro es que el primer hospital o centro sanitario que ponga en marcha alguna medida, se convertirá en referente. Porque sin noticias de ese liderazgo por parte de las comunidades autónomas, ni de la administración nacional, serán los propios centros sanitarios los que tendrán que empezar a tirar del carro. Y tendrán que hacerlo con soluciones que no requieran grandes desarrollos ni ajustes dado el poco tiempo del que se dispone.
Un problema que, como comentábamos, no es ajeno al resto de países europeos. De hecho, en otoño del año pasado se creaba por parte de la Organización Europea de Verificación de Medicamentos (EMVO) un grupo de trabajo encaminado a poner algo de luz en este sentido, compuesto por la Asociación Europea de Farmacia Hospitalaria (EAHP) y la Federación Europea de Hospitales (HOPE). Fuentes de la organización consultadas por EG han confirmado que se está realizando un ejercicio de mapeo de cara a obtener una visión general de la situación actual y el desarrollo de indicadores hospitalarios. De esta forma, el grupo de trabajo quiere recoger los pilotos nacionales para confeccionar un documento de consenso que describa problemas y soluciones. Por el momento, no hay ninguna intención de desarrollar una solución técnica que sea común para todos los hospitales o centros sanitarios. Y es que, cada país tiene sus particularidades nacionales y, por lo tanto, desde ese grupo de trabajo se considera que es muy difícil desarrollar una guía general sobre soluciones técnicas que pueda aplicarse en toda Europa.
Trabajo colaborativo
En cualquier caso, las fuentes consultadas aseguran que se trabaja estrechamente con los miembros individuales de EAHP y HOPE para intercambiar las mejores prácticas entre los Estados Miembro, esto incluye, entre otras cosas, las soluciones técnicas. Además, estos asociaciones han asegurado que no trabajan con la suposición de que la implementación de la directiva está en peligro por el nulo desarrollo que se produce en los hospitales y centros sanitarios.