El director general de Merck en España, Rogelio Ambrosi, destaca el papel estratégico que juega España en la compañía y pone el foco en posibles nuevas inversiones.
Pregunta. Tras la ampliación de esta planta, ¿tiene Merck en mente nuevas inversiones en este país?
Respuesta. Estamos en trámites para adquirir una nueva parcela en Tres Cantos para hacer otra expansión, aunque nos gustaría que ésta estuviese destinada a la producción de nuevos productos. Está avanzando muy bien y esperamos poder tener noticias para final de año. La familia Merck tiene mucha fe en lo que se hace en España y, en concreto, en esta planta. Eso da tranquilidad y asegura que, de cara a nuevas inversiones, estamos en una posición privilegiada. En Barcelona las plantas químicas (acabamos de abrir la segunda en Mollét del Vallés) están a la cabeza y estamos seguros de que si la compañía necesita aumentar los centros de producción químicos pensarán en Barcelona. El soporte que recibimos de las autoridades nos ha ayudado a posicionarnos en este sentido.
P. ¿Qué puesto puede jugar España en la estrategia global de la compañía?
R. España es el cuarto mercado más importante de Europa y el sexto o séptimo del mundo. La estrategia de nuestra compañía es muy sencilla; continuaremos enfocando nuestros esfuerzos a mejorar el acceso al paciente y nos prepararemos para los nuevos lanzamientos. Estamos, junto con el resto de países de Europa, al mismo nivel. En manufacturación somos un país estratégico, con seis plantas en total. No sé si muchas farmacéuticas multinacionales tendrán una apuesta tan decidida en este país.
P. ¿Cree que la inestabilidad política puede afectar a la hora de cerrar nuevas inversiones?
R. Si la compañía tuviese que tomar hoy la decisión igual pedirían esperar; pero son procesos largos y decisiones que se toman con más de un año de margen. El verdadero problema es que si no se aprueban los presupuestos como se debe puede que en unos meses se deban adoptar medidas de recorte del gasto. Necesitamos un escenario de certidumbre.