En España se calcula que hay 3 millones de personas con asma, de los que el 10 por ciento de se estima que padecen asma grave. De estos, un 50 por ciento tiene un mal control de su enfermedad. Un mal control que afecta directamente al gasto sanitario: se estima que el asma grave no controlada es responsable del 50 por ciento del gasto sanitario anual destinado al asma.
Estas cifras demuestran la importancia de abordar adecuadamente esta enfermedad tanto para los pacientes como para la correcta eficacia del sistema sanitario. Así, al tratarse de una patología compleja, requiere de un abordaje interdisciplinar donde la colaboración entre neumólogos y alergólogos resulta fundamental. Precisamente, con este objetivo de buscar una mayor colaboración en esta patología, la Societat Catalana d’Al·lèrgia i Immunologia Clínica (SCAIC) y la Societat Catalana de Pneumologia (SOCAP) celebrarán una reunión conjunta el próximo 27 de febrero en La Academia de las Ciencias Médicas de Barcelona, que contará con la colaboración de GSK.
Durante el encuentro se van a abordar temas destacados como la inmunología básica del asma, las entidades que simulan o complican un asma grave y su manejo específico, así como las últimas actualizaciones sobre su diagnóstico y tratamiento.
El asma grave se manifiesta con síntomas diurnos y nocturnos que pueden llegar a ser graves, poniendo en peligro incluso la vida del paciente. Estos pacientes suelen tener crisis repetidas, que requieren asistencia en Urgencias, ingreso hospitalario y tratamientos prolongados con esteroides orales. Además, muchos pacientes ven limitadas sus actividades diarias, laborales, familiares y de ocio, y tienen una calidad de vida muy afectada a causa de esta patología.
“Los síntomas del asma grave no difieren especialmente en los diferentes niveles de gravedad de la enfermedad (tos, sibilancias y disnea fundamentalmente), pero son más frecuentes y mas intensos. Con frecuencia precisan atención urgente, ocasionando absentismo escolar y laboral. Si no se consigue un adecuado control, es una enfermedad invalidante y que altera la calidad de vida”, asegura Concepción Cañete, coordinadora científica de la reunión.
Diagnóstico y tratamientos disponibles para asma
El abordaje del asma es escalonado y pasa en primer lugar por realizar un diagnóstico correcto, descartando otras enfermedades que puedan simular síntomas asmáticos, lo cual permite adecuar las pautas de tratamiento. “Se debe evaluar el grado de gravedad, que el tratamiento prescrito es adecuado y que el paciente lo está tomando. En ese punto se pasa a evaluar los mecanismos por los que la enfermedad permanece incontrolada para poder ofrecer el tratamiento más óptimo en cada caso”, declara Cañete.

Por ello, el manejo del asma, y más cuando es grave, requiere la implicación del paciente, especialmente en los aspectos de conocimiento de su enfermedad y adherencia al tratamiento.
En este sentido, en los últimos años han surgido varios tratamientos biológicos que son eficaces para mejorar el control del asma grave, aunque debe hacerse un uso racional de ellos debido a que tienen un alto coste. En este sentido, la colaboración entre alergólogos y neumólogos es esencial a la hora de fenotipar correctamente a cada paciente, así como de elegir el tratamiento más adecuado en cada caso.
Inmunología básica del asma
La clasificación de los fenotipos se realiza en función del origen del asma, que puede ser extrínseca (alérgica) o intrínseca (no alérgica), según el patrón inflamatorio (eosinofílico, neutrofílico, mixto granulocítico, paucigranulocítico) o según los fenotipos moleculares T2 alto y T2 bajo.
Además, tradicionalmente, el asma se ha relacionado con la atopia, alergia, inflamación eosinofílica y respuesta a los corticosteroides. “Un gran porcentaje de los pacientes con asma muestra este patrón fisiopatológico y, en consecuencia, este comportamiento clínico, aunque no es el caso de todos los asmáticos. Este tipo de pacientes con predominio de respuesta de T2 (T2 altos) puede verse tanto en los pacientes asmáticos de comienzo precoz como tardío”, explica Irina Bobolea, también coordinadora científica de la reunión.
Sin embargo, “la utilidad clínica de estos fenotipos es limitada por la gran heterogeneidad de mecanismos subyacentes, es decir, endotipos encontrados en cada fenotipo molecular. Dentro del fenotipo T2 alto podemos encontrar, por ejemplo, asma alérgica, asma eosinofílica de inicio tardío, asma con intolerancia a aspirina, etc. Es en estos pacientes, los T2 altos, donde las nuevas terapias dirigidas pueden ocupar un papel relevante”, añade.
En el caso del asma alérgica, se diagnostica mediante una historia clínica sugestiva, confirmada por pruebas cutáneas positivas concordantes y/o específicas a los alérgenos sospechosos. Suele iniciarse en la infancia y se asocia a otras manifestaciones atópicas (dermatitis atópica, rinitis alérgica).
Sin embargo, esta patología también puede debutar en la juventud e incluso en edades más avanzadas, aunque no sea lo más habitual. “La inhalación de desencadenantes alergénicos específicos puede producir broncoconstricción aguda, habitualmente seguida por una respuesta tardía. Este endotipo incluye un amplio rango de gravedad y de respuestas al tratamiento”, afirma Bobolea.
Reunión SCAIC – SOCAP
El conocimiento actual en medicina implica la integración de diferentes disciplinas a niveles cada vez más complejos. De hecho, como incide la doctora Concepción Cañete, “es difícil que una sola especialidad domine de forma exhaustiva los aspectos de una enfermedad”. De ahí la importancia de reuniones periódicas entre médicos de distintas especialidades.
En este sentido, la reunión entre la SCAIC y la SOCAP persigue “formalizar” la relación entre alergólogos y neumólogos, a pesar de que ya es habitual en la práctica clínica desde hace muchos años. “En la última década nuestra colaboración ha crecido gracias, especialmente, a los nuevos tratamientos para el asma grave”, comenta Bobolea.
Así, se espera que esta jornada sea la primera de muchas entre estas dos sociedades científicas, con el objetivo de mejorar el conocimiento y optimizar el manejo conjunto del asma y el asma grave, además de lograr una mejor comprensión acerca de los mecanismos por los que se produce la enfermedad y la posibilidad de desarrollar planes de manejo. Asimismo, se presentará un caso práctico para compartir los retos que plantean los pacientes y cómo superarlos.