Los pacientes adultos con colitis ulcerosa de moderada a grave en España ya disponen de una nueva alternativa: mirikizumab (OMVOH™), tratamiento desarrollado por Lilly, y que ha sido incluido en la financiación pública por parte del Ministerio de Sanidad. Se trata de la primera terapia antagonista de la interleucina-23p19 (IL-23p19) aprobada para el tratamiento de la colitis ulcerosa y que supone un nuevo mecanismo de acción y una nueva opción para este tipo de pacientes que hayan tenido respuesta inadecuada, pérdida de respuesta o fueran intolerantes a la terapia convencional o a un tratamiento biológico.
Y es que, gran parte de los pacientes con colitis ulcerosa no responden o pierden respuesta al estándar de tratamiento. En concreto, un 30 por ciento no responde al tratamiento anti-TNF y 1 de cada 3 pierde respuesta con el tiempo. Lo mismo sucede con los tratamientos anti-integrina alfa4beta7 en la que este porcentaje llega hasta el 50 por ciento.
La colitis ulcerosa supone una carga significativa en la calidad de vida, ya que los pacientes enfrentan síntomas incapacitantes como la urgencia defecatoria, la fatiga o el dolor abdominal, lo que puede interferir con sus actividades diarias y relaciones sociales. Además, las altas tasas de depresión y ansiedad, hasta un 20 por ciento y 11 por ciento respectivamente, subrayan aún más los desafíos sobre la salud mental que enfrentan los pacientes. A esto se suma que suelen ser diagnosticados entre los 20 – 30 años, un momento de máximo desarrollo vital a nivel personal y laboral, pudiendo afectar a su normal desarrollo.
LUCENT-1 y LUCENT-2
“No disponemos de tratamientos curativos en la actualidad para la colitis ulcerosa, por lo que es una enfermedad crónica en la que no nos sirve sólo conseguir un buen porcentaje de respuesta o remisión en la fase de inducción, sino que debemos aspirar a mantenerlas a largo plazo el máximo tiempo posible.”, comenta Ignacio Marín-Jiménez, gastroenterólogo de la Unidad de EII del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. “El mantenimiento de la eficacia a largo plazo proporciona esa confianza que los pacientes necesitan para volver a sentirse libres de una enfermedad que tenía sus vidas encadenadas.”, añade Marín-Jiménez.
La seguridad y eficacia de este nuevo tratamiento ha sido demostrada por el estudio de inducción de 12 semanas LUCENT-1 (fase III) y el estudio de mantenimiento de 40 semanas LUCENT-2 (fase III). Ambos estudios fueron aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo y contaron con la participación de 1.162 personas. En los ensayos clínicos se han incluido tanto a pacientes que no habían recibido tratamientos anteriores, como pacientes que habían mostrado una respuesta inadecuada, pérdida de respuesta o que no toleraban alguno de los tratamientos convencionales, incluyendo las terapias biológicas.
El programa de ensayos LUCENT ha contado con la participación de centros españoles como el Hospital Universitario La Paz (Madrid), El Hospital Universitario Doctor Negrín (Las Palmas de Gran Canaria) y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), entre otros. Los resultados de estos ensayos han sido publicados en The New England Journal of Medicine, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo.
Remisión clínica y endoscópica
En el ensayo clínico LUCENT-2 se observó que el 49,9 por ciento de los pacientes con colitis ulcerosa (CU) tratados con esta nueva terapia alcanzó la remisión clínica y endoscópica a las 52 semanas de tratamiento y el 43,3 por ciento consiguió también la remisión histológica-endoscópica con un perfil de seguridad coherente al de otros anticuerpos anti-IL-23p19. Asimismo, el 45 por ciento de los pacientes del estudio LUCENT-2 logró la remisión clínica sin el uso de corticosteroides. No obstante, el tratamiento también ha demostrado beneficios a corto plazo, pues el 24,2 por ciento de los pacientes alcanzó la remisión clínica y endoscópica durante el estudio de inducción de 12 semanas de duración. En este sentido, se observaron reducciones significativas en la frecuencia de las deposiciones, la hemorragia rectal y la fatiga a partir de la segunda semana de tratamiento, y dolor abdominal a partir de la cuarta semana.
“La evaluación de los resultados de este nuevo tratamiento para la colitis ulcerosa ha sido muy estricta durante los ensayos clínicos, considerando objetivos primarios no sólo la ausencia de síntomas sino también la endoscopia. Aun así, los resultados de los ensayos clínicos han sido muy positivos y demuestran la seguridad y eficacia del tratamiento”, señala María Dolores Martín Arranz, jefa de Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz. “Este fármaco es el primer inhibidor de la IL-23 disponible para colitis ulcerosa. Ello supone la posibilidad de cambiar de mecanismo de acción en aquellos casos en los que esto pueda suponer una ventaja frente a los ya existentes en la actualidad”, concluye Arranz.
Eficacia sólida
En los ensayos clínicos se ha observado una eficacia sólida en todos los criterios de valoración primarios y secundarios clave tanto en pacientes que no habían recibido tratamiento biológico ni JAK (pacientes naïve) como en pacientes en los que había fracasado el tratamiento biológico o inhibidores de JAK. De esta manera, la remisión clínica a la semana 52 se sitúa en un 51,5 por ciento para los pacientes naïve y el 46,1 por ciento para los pacientes no respondedores a biológico o inhibidores de JAK en el estudio LUCENT-2.
Además de los estudios pivotales LUCENT-1 y LUCENT-2, se está llevando a cabo el ensayo clínico LUCENT-3 de 176 semanas de duración aproximada para evaluar los resultados a largo plazo de mirikizumab. Los últimos resultados publicados de este estudio, que comprenden hasta la semana 104, muestran datos positivos de los pacientes a largo plazo. En este sentido, los resultados en la semana 104 muestran remisión clínica (62,8%), endoscópica (66,8%), histológica (51,6%) y la remisión de la urgencia defecatoria (53,6%) en los pacientes de este estudio.