En situaciones como la crisis del coronavirus, ante la creciente demanda de productos de diferente tipología, hay quienes aprovechan para intentar sacar partido. Es el caso de aquellos que ofertan medicamentos falsificados o sin las certificaciones adecuadas. Así lo advierten desde la Federación Española de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia, por sus siglas en inglés).

Así, la presidenta de la Efpia, Nathalie Moll, insta a extremar las precauciones a la hora de adquirir medicamentos o productos sanitarios durante el transcurso de esta crisis sanitaria. Además, recuerda que existen diferentes mecanismos en la lucha contra los medicamentos falsos.

Moll argumenta que las razones que tienen aquellos que intentan introducir los medicamentos sin certificación son simples. Entre ellas, que esta operación es muy rentable y el riesgo de que se detecte la farsa y pase a procedimiento judicial es muy bajo.

Y, a pesar del bajo riesgo que corren estos productores, el impacto en los pacientes puede ser inconmensurable. Este perjuicio en los pacientes puede ir, explica Moll, desde efectos adversos leves hasta la imposibilidad de detener la progresión de una enfermedad o incluso llegar a impedir que un paciente se cure.

Por ello, las consecuencias derivadas de la adquisición de este tipo de productos pueden ser tan contundentes que pongan en riesgo la salud de aquellos usuarios a los que lleguen. Por ejemplo, podrían derivar en un aumento en la prevalencia de enfermedades, así como un incremento de la morbilidad y la mortalidad.

Precisamente, es en momentos como la actual crisis del Covid-19 cuando estos falsificadores tratan de sacar un mayor partido económico. Esto sucede además porque el abanico de productos que tratan de introducir estos productores en el mercado es muy amplio. Van desde mascarillas, guantes o soluciones hidroalcohólicas para la desinfección, hasta medicamentos de venta libre (OTC) e incluso fármacos especializados de prescripción.

Recomendaciones a los consumidores

Moll considera que en este tipo de situaciones es imprescindible recordar la necesidad de que la adquisición de medicamentos se realice únicamente a través de fuentes “legítimas y fiables”.

La presidenta de la Efpia alerta además, de que esta situación puede incrementarse como consecuencia de las restricciones a la movilidad impuestas a los ciudadanos. Así, muchos optan por adquirir sus medicamentos a través de canales como internet, alejados de las vías tradicionales de venta.

Para ayudar a identificar aquellos productos fiables, la UE ha introducido un logotipo común, que autoriza a minoristas y farmacias online a operar en la red. Este logo garantiza tanto la autenticidad de la web como la seguridad de los productos.

La regulación como arma

Para Nathalie Moll, la seguridad de los fármacos y la lucha contra los medicamentos falsos debería ser siempre una prioridad que, por supuesto, no debe perder importancia en un contexto de pandemia global.

Desde la Efpia recuerdan que este aspecto es fundamental para que los pacientes puedan confiar en que los fármacos y resto de productos que adquieran sean “de alta calidad, seguros y efectivos”.

Esto, según remarcan desde la entidad, se consigue teniendo como base un sistema regulador fuerte y robusto. Para ello, Moll asegura que los fabricantes de y las autoridades regulatorias están trabajando sin descanso para que esto sea posible y garantizar que ningún medicamento falsificado penetre en la cadena de suministro.

El mecanismo con el que cuenta la Unión Europea para ofrecer esa confianza es la Directiva Europea de Medicamentos Falsificados 2011/62 /UE. A través de esta se imponen requisitos adicionales a todos los operadores de la cadena de suministro, incluyendo a las farmacias. Con esta base, Moll asevera que ahora es cuando la Efpia debe redoblar sus esfuerzos para asegurar que esta normativa se implanta con contundencia.


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