En un sector tan estratégico como el de la industria farmacéutica, la capacidad para garantizar la producción de medicamentos durante situaciones de crisis, como la vivida ayer en España con el gran apagón, es fundamental. En concreto, fuentes de HIPRA confirman a El GlobalFarma que pudieron mantener la actividad con total normalidad gracias a la activación inmediata de los protocolos internos de seguridad energética. Inmediatamente después de detectar la interrupción del suministro eléctrico, pusieron en marcha los 16 grupos electrógenos de apoyo distribuidos en sus instalaciones.

Estos equipos han asegurado el funcionamiento de todas las áreas operativas clave, incluidas las líneas de producción, que han seguido trabajando sin incidencias”, subrayan desde la compañía. Todo ello ha permitido que no se perdiera ningún lote de producción ni se interrumpiera ningún proceso esencial para la compañía tras el gran apagón. “Este episodio pone de manifiesto el valor de la previsión y la resiliencia operativa en HIPRA, que nos ha permitido garantizar la continuidad de nuestro compromiso con la salud y la calidad, incluso en situaciones excepcionales”, añaden.

Por su parte, desde GSK especifican a este medio que “la primera preocupación de la compañía ha sido en todo en momento garantizar la seguridad de nuestros empleados en toda España; así como el pleno funcionamiento de nuestra actividad para garantizar el bienestar de los pacientes que necesitan nuestros medicamentos, manteniendo las actividades críticas de investigación y desarrollo, así como atendiendo a los profesionales de la salud que se encuentran asistiendo a programas formativos promovidos por nuestras compañías”.

Para ello, aseguran que desde el primer momento se reunió el comité de crisis establecido para estos casos en GSK y ViiV Healthcare con el objetivo de reevaluar a lo largo de todo el día la situación de las personas que estaban en sus instalaciones y fuera de ellas, así como el suministro de energía. “Realizamos una gestión escalonada y racional, tanto de los traslados como de un consumo racional de energía en las instalaciones que nos permitió mantener nuestra actividad con incidencias mínimas para garantizar el bienestar de las personas de la compañía y de todas aquellas para las que trabajamos día a día”, reiteran.

Desde Bayer informan que la afectación del corte de energía en sus centros de la región ha sido dispar dada su distribución geográfica en todo el territorio. “Nuestros sitios cuentan con planes de contingencia para el manejo de este tipo de incidencias y la minimización del riesgo, asegurando siempre la cobertura de los servicios mínimos”, expresan. Por tanto, certifican que “en este momento podemos hablar de práctica recuperación de la normalidad en nuestra actividad“.

La Estrategia de la Industria Farmacéutica, aprobada en Consejo de Ministros en diciembre recoge que el sector farmacéutico es una parte importante de las infraestructuras críticas del país, “contribuyendo como pocos a la autonomía estratégica”, tal y como se puso de manifiesto durante la pandemia de COVID-19. En este sentido, menciona que el sector tuvo un papel importante en el suministro de medicamentos críticos durante esta crisis, incorporando mayores capacidades de fabricación y poniendo de manifiesto las fortalezas de la industria farmacéutica en I+D y la fabricación nacional de medicamentos con el potencial de salvar vidas con el valor añadido que ello puede suponer para el país. “Está comprometido, en este sentido, con el aumento de reservas estratégicas basadas en capacidades industriales”, subraya.

Por todo ello, en octubre de 2020, el Consejo de Seguridad Nacional propuso la creación de una Reserva Estratégica basada en las Capacidades Nacionales de Producción Industrial (RECAPI), algo que se materializará en la nueva Ley de Industria y Autonomía Estratégica. Según el documento, la Reserva estará enfocada en la identificación de los recursos industriales esenciales, el establecimiento de una producción industrial que garantice el suministro en tiempos de crisis o pandemias, una rápida capacidad de movilización de la producción industrial y el abastecimiento eficiente de estos recursos en situaciones excepcionales de alta demanda social. “Para conseguir este objetivo, es necesario también impulsar, en línea con la Comisión Europea, la identificación de los recursos esenciales de los sectores productivos estratégicos, como el farmacéutico o el de principios activos”, añade.

Importancia del sector en España

España es el cuarto mercado farmacéutico de la Unión Europea (UE) en términos de facturación y el noveno a nivel mundial. A día de hoy, cuenta con 174 plantas de producción de medicamentos, de las cuales 106 son de medicamentos de uso humano, y en 2023, el país exportó productos farmacéuticos por valor de 21,9 mil millones de euros, siendo la tercera exportación nacional por importe, mientras que el valor de los productos farmacéuticos importados ascendió a 24,8 mil millones de euros.

La industria farmacéutica invirtió 1.400 millones de euros en investigación y desarrollo (I+D) en 2022, sobre todo en investigación clínica (834 millones de euros), convirtiendo a España en el principal foco europeo de ensayos clínicos con medicamentos, solo por detrás de Estados Unidos y China a nivel mundial. En cuanto a empleo se refiere, este sector genera en España más de 270.000 puestos de trabajo (de ellos, 56.000 directos) de alta calidad, cualificados, igualitarios y con una alta diversidad. Las tasas de contratación más elevadas se encuentran entre los jóvenes y los mayores de 50 años.


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