El éxito de la oncología de precisión se asienta en aplicar a cada paciente una terapia que garantice una mayor efectividad y una menor toxicidad. Pero, para poder aplicar estas técnicas, es necesario contar con un análisis detallado de cada paciente.

Para obtener esta información es imprescindible realizar una secuenciación genómica. Y la realización de esta prueba, por el alto coste que tiene en la actualidad, es una de las principales barreras que existen para poder implantar esta técnica de manera efectiva.

Los expertos apuntan a una solución: centralizar los recursos para poder aprovecharlos al máximo y reducir los costes. Es difícil que todos los hospitales cuenten con el equipamiento y el personal suficiente tanto para realizar los tests como para interpretarlos. Pero aunando recursos tecnológicos y humanos en centros de referencia, podría conseguirse una mayor eficiencia.

Coste-efectividad de la secuenciación

La falta de estudios que avalen el coste-efectividad de los tests de secuenciación de nueva generación es uno de los grandes escollos en la actualidad. En general, la realización de estudios sobre oncología de precisión es todavía incipiente. Pero, según la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) en este aspecto, los datos con que se cuentan son insuficientes. Sólo el siete por ciento del total de estudios que se han realizado hasta el momento analizan este parámetro.

Este bajo volumen de análisis sobre coste-efectividad se traduce en que los decisores tienen pocas herramientas para tomar decisiones sobre oncología de precisión. Por ello, una de las soluciones que se propone para hacer viable la implantación de la técnica es añadir los recursos necesarios en unos centros determinados para maximizar su uso. Una vez se cuente con más datos que avalen su eficiencia, se podrán integrar estas tecnologías y profesionales cada vez en más hospitales y laboratorios, agilizando así todo el proceso.

Eficacia ‘a priori’

Para Jesús García-Foncillas, oncólogo y director del instituto OncoHealth, al seleccionar los tratamientos tan minuciosamente, se presupone una mayor eficacia frente a terapias tradicionales. “La oncología de precisión persigue una mayor seguridad en cuanto a que el tratamiento que planteamos en un paciente sea lo más eficiente posible, porque es el fármaco o la combinación más ajustada a las características del tumor más allá de su localización”, asegura.

Según el experto este abordaje ha de traducirse en dos consecuencias. La primera, que al encontrar dianas moleculares concretas a la hora de realizar el diagnóstico, “podemos actuar de manera mucho más contundente”. Así, según asegura el oncólogo, “podemos llegar a plantear que el paciente alcance una curación, control, o un tiempo sin progresión de la enfermedad mucho más largo; además, esto implica que se pueda acortar el tiempo de tratamiento al ser más eficaz”.

Teniendo en cuenta estas dos variables, los tratamientos de oncología de precisión otorgarían mayor eficacia frente a otras opciones no dirigidas. Por tanto, no sería tan urgente contar con estudios que avalen la necesidad de aplicarlos. Una vez se obtengan datos provenientes de la práctica clínica, se podrá demostrar con mayor facilidad que a nivel económico es eficiente la implantación de esta técnica.

Situación en España

Según García-Foncillas, en nuestro país una de las prioridades pasa por mejorar en secuenciación genómica. “Tenemos mucho esfuerzo de los equipos multidisciplinares, departamentos luchando contra viento y marea para poder establecer este tipo de estudios en la rutina del día a día”, asevera.

Pero el experto alude a que estos esfuerzos no sirven de nada si sólo provienen de una parte. Detalla que “no podemos pivotar en hacerlos sin una correcta estructuración; no podemos hacer este esfuerzo sin que los test formen parte de la cartera de servicios”.

También concluye que esta misión debe ser una responsabilidad común y que no sea “cada hospital grande el que tenga que asumir este compromiso para obtener un mejor abordaje en cáncer, incorporando estas pruebas como una actividad asistencial del día a día”.

Inversión a corto plazo; ahorro a largo plazo

A priori el desembolso económico que hay que realizar para incorporar la oncología de precisión es grande. Esto sucede porque, hay que dotar a los centros hospitalarios del equipamiento necesario, además de incorporar a profesionales especializados en la materia. Sin embargo, una vez implantada, la oncología de precisión debería suponer un ahorro a largo plazo. Jesús García-Foncillas apela a que aplicando tratamientos más dirigidos, “el paciente va a necesitar ir menos veces al hospital”. Y es que, al aplicar un tratamiento más dirigido al caso en particular, va a ser, en teoría más eficiente. Así, se puede reducir el número de veces en que el paciente tenga que acudir a un centro para que le administren el tratamiento, y al reducirse la toxicidad, es menos probable que tenga que ser ingresado, que acuda al servicio de urgencias o que tenga que asistir a la consulta por esta causa.

Otro de los motivos que arguyen los expertos es que en muchos casos, los tratamientos de oncología de precisión cuentan con fecha de fin máxima desde que comienza el tratamiento. Así, si se conoce que un tratamiento va a durar un período determinado, puede reducirse la incertidumbre sobre las sesiones de tratamiento a las que va a tener que someterse el paciente. Siguiendo este hilo, es importante destacar que en muchos casos se va a acortar el tratamiento como consecuencia de su mayor eficacia.


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