N. S. Madrid | viernes, 26 de julio de 2019 h |

El pasado 23 de julio el Partido Conservador de Reino Unido anunciaba quién sería su nuevo líder: Boris Johnson, nuevo líder de los ‘tories’ y, por tanto, nuevo primer ministro del país, cargo del que tomó posesión sólo un día después.

Tras la dimisión de Theresa May como dirigente del país británico a finales del mes de mayo, el partido del que forma parte se veía obligado a elegir a un nuevo líder que siguiese con la responsabilidad de su antecesora. El gran motivo que empujó a May a dejar su cargo fue la imposibilidad de que la Cámara de los Comunes aprobase un acuerdo de Brexit.

Ahora, es responsabilidad de Johnson continuar con este legado. Y se muestra contundente. En el discurso de agradecimiento tras conocerse que se había impuesto a su rival para liderar a los conservadores, Jeremy Hunt, Johnson fue tajante: “Haremos que el Brexit se haga realidad”.

No es una posición nueva. Johnson es uno de los defensores más acérrimos del Brexit dentro del partido. Pero no tiene un camino de rosas por delante. Su elección preocupa sobremanera a los máximos responsables de la Unión Europea, puesto que en múltiples ocasiones Johnson ha manifestado su pretensión de materializar un ‘Brexit duro’.

El 31 de octubre es la fecha límite de la prórroga concedida por la UE a Reino Unido para que se haga efectivo el divorcio entre territorios, y el nuevo primer ministro ya ha asegurado que la salida de los británicos se realizará “con acuerdo o sin él”. Aunque si en algo están de acuerdo Johnson y la UE es en que el acuerdo de ruptura propuesto por May no será renegociado.

Teniendo en cuenta el parón político veraniego, los británicos tienen una misión que cumplir a contrarreloj. La nueva presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sí se ha posicionado a favor de extender una nueva prórroga a Reino Unido si fuera necesario, aunque poco podrá hacer si Johnson no cambia de opinión.

Con todo esto, la incertidumbre sigue siendo la protagonista de esta historia, que se complica todavía más con la nueva responsabilidad de Johnson.