Que la Comunidad Valenciana no paga porque no puede es la verdadera y triste razón por la que las farmacias están al borde de la ruina, y algunas ya han traspasado dicho borde y se precipitan.
La población valenciana nunca ha sido reconocida por los gobiernos socialistas, que han infrafinanciado a los valencianos durante siete años. Lo afirmaba en 2010 el actual consejero de Sanidad, Luis Rosado, desde su puesto entonces de secretario general. Primero, porque el crecimiento demográfico no ha sido contemplado en la financiación de dicha autonomía. Segundo, porque en los últimos años no se han recibido ayudas directas para infraestructuras de carácter regional. Y tercero, porque no existen mecanismos precisos para reembolso de atenciones entre comunidades, a pesar de ser receptoras de muchos ciudadanos de otras autonomías o países comunitarios, que residen temporalmente en la Comunidad Valenciana. Mucho del dinero que de estos conceptos podrían aliviar los impagos.
Pero dicho esto, esta comunidad debe pagar sus medicamentos, lo mismo que nadie cuestiona no pagar la luz ni la comida. Si no hay dinero, deberán redimensionar la autonomía, disminuir gastos realizados en el pasado y adoptar una línea de austeridad que incluya, por qué no, la reducción del aparato autonómico.
@SANTIDEQUIROGA en twitter