| viernes, 18 de diciembre de 2009 h |

Yolanda Martínez es doctora en Periodismo y profesora de la UCM

Mira que se veía venir. Todas las Navidades en trineo, trabajando los renos, porque él no movía un músculo y ahora llega la hora de la verdad: Papá Noël promueve la obesidad, conducir bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad y un estilo de vida nada saludable. Ha sido la revista British Medical Journal quien ha desenmascarado al gordito del ho, ho, ho. Y lo peor no es eso, es que temo que cualquier día caiga enfermo en España y nos hagan pagar su tratamiento sin posibilidad de reembolso.

No crean que esta consideración esté hecha a la ligera, ya que se basa en los resultados de un estudio de un experto en salud pública de la Universidad de Monash, en Australia, que ha revisado la información disponible sobre el personaje y ha publicado sus conclusiones. Según se señala, Papá Noël debería compartir aperitivos de zanahorias y apio con su reno Rudolf, en vez de tomar coñac y pastelitos, además de cambiar su trineo tirado por renos por una bicicleta. No podemos olvidar que este personaje, presente en felicitaciones navideñas, tan pronto esta fumando una pipa como un cigarrillo y se despide con una buena copa de licor en cada casa que visita. ¡Qué ejemplo dan los países anglosajones a los tiernos infantes, si quien les trae los regalos navideños no puede atarse las polainas por culpa de sus lorzas! ¡Cómo explicaran a los niños que no deben imitarle, que han de cuidar la dieta y hacer ejercicio!

Pero si quieren que les sea sincera, lo que me preocupa es la repercusión de este hombre-itinerante en la maltrecha economía mundial. Sí, porque está visto que va a desarrollar, cuando menos, un síndrome metabólico y dependiendo de donde caiga enfermo podemos de un plumazo dar al traste con la posible reforma sanitaria de Barack Obama para Estados Unidos, que aunque descafeinada, es mejor que lo que tenían. Pero si cae en Europa, por lo menos que no sea en España. Fíjense que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha tenido que cerrarse en banda a aprobar la primera propuesta de armonización de los servicios sanitarios de la UE porque establecía la obligación al país de residencia del paciente de hacerse cargo de todos los gastos derivados de un tratamiento que supondría una carga financiera adicional para España de casi 2.000 millones de euros anuales, eso sin contar con Papá Noël enfermo.

Y además llevamos unos días en los que las agencias de calificación Standard & Poor’s y Moody’s no dejan de dar malas noticias. La primera puso la deuda española “en vigilancia” y la segunda nos ha colocado a la cabeza de las economías avanzadas con mayores riesgos financieros esta década. Pero lo que me duele es que Moody’s nos sitúa en el denominado “índice de miseria” por las tasas de desempleo. ¡Vamos, que encima del problema real que tenemos hay que aguantar insultos! Pues lo dicho, que a Papá Noël ni se le ocurra sobrevolar nuestro país, que para eso tenemos a los Reyes Magos. Y a ustedes les deseo que pasen una Navidad muy feliz.