Yolanda Martínez Doctora en Periodismo y Profesora de la UCM
En Ciudad de México 1.300 policías fueron pesados, medidos, se les tomó la presión y muestras de sangre…Todo para luchar contra la obesidad que amenaza a los agentes del orden. El problema es de tal dimensión que los responsables de las secretarías de Seguridad Pública y de Salud han tomado cartas en el asunto. Aquí, en Europa, se estima que el sobrepeso provoca 124.000 casos de cáncer anuales. Parece que nos estamos concienciando de que la obesidad se ha convertido en la pieza que puede desencadenar el desarrollo de toda una panoplia de enfermedades. Según un estudio de la Universidad de Manchester, a medida que cada vez más personas dejan de fumar y menos mujeres siguen una terapia de reemplazo hormonal, es posible que la obesidad se convierta en la mayor causa atribuible de cáncer en las mujeres en la próxima década.
En el Reino Unido se acaba de producir un acontecimiento lamentablemente: la retirada de la custodia de su bebé a una madre por ser obesa. La mujer, que pesaba 146 kilos antes de quedarse embarazada, vio como se los servicios sociales se hacían cargo del recién nacido. Lo cierto es que ya le habían retirado la custodia de otros dos hijos de tres y cuatro años, y con ella conviven otro bebe que pesaba 25 kilos y un adolescente de13 años que alcanzaba los 101. Los padres se lamentan por no poder criar a sus hijos y recurrieron a la retirada de su custodia.
Es un lamentable ejercicio de sadismo padecer esta plaga de obesidad propia de las sociedades de la opulencia mientras la hambruna se ceba en algunos continentes. En el fondo es una muestra de sadomasoquismo, ya que de estos hábitos alimentarios perniciosos vamos a producir generaciones de obesos mórbidos. Una muestra más de la dimensión real de esta enfermedad: el hombre más gordo del mundo, Paul Manson, de 365 kilos, necesita una intervención quirúrgica para reducir el tamaño de su estómago. Además de costear la intervención, las autoridades barajan el uso de un helicóptero de la Real Fuerza Aérea para su traslado al hospital.
En países como España, al menos se ejerce una actitud beligerante ante esta epidemia. Lo chocante es ver como encaran el mismo problema por ejemplo entre los policías de Ciudad de México. “No se puede pedir que dejen de comer tortas y tacos, lo que sí podemos decirles es que si hoy se comen una torta tendrán que balancearlo en el siguiente alimento con algunas verduras, les estamos enseñando a comer…”, dicen. Y mientras, siete de cada diez policías padecen obesidad. Se recomienda que caminen al menos 10 minutos y que “muevan el cuerpo”. ¡Y dentro de seis meses a formar de uniforme! ¿Con tirantes o con cinturón?