| viernes, 30 de octubre de 2009 h |

Yolanda Martínez Doctora en Periodismo y Profesora de la UCM

La tendencia natural de abrir una ventana para observar lo que sucede en la calle puede que esté detrás del hábito actual de encender nuestro ordenador y empezar a mirar lo que hay en su pantalla. La diferencia es que el horizonte que vemos en uno y otro caso no es únicamente distinto sino que produce una confusión entre lo real y lo ficticio. La búsqueda de información sobre salud en Internet crece día a día y la garantía de obtener respuestas fiables no va al mismo ritmo.

Según los últimos datos que se nos ofrecen, el pasado mes de septiembre el 20,1 por ciento de las búsquedas en Internet estaban relacionadas con la salud. Y se ha modificado la tendencia de realizar esos rastreos, especialmente en buscadores generales, ya que se observó que el 77 por ciento de tráfico generado se dirige a las denominadas redes sociales. Parece que el 17,7 por ciento de los que buscan temas de salud lo hace en Tuenti; el 24,9 por ciento lo hace a través de Facebook; y el 28,2 por ciento en Blogger. Además, el 78 por ciento de los internautas confía en las recomendaciones que les dan sus contactos.

Estos datos nos sitúan frente a una nueva realidad, que es la credibilidad que se le da a una fuente no experta en temas de salud, como son los propios contactos personales (aunque la vía de transmisión de información sea a través de las nuevas tecnologías), en una materia tan sensible como es la salud. Indudablemente la realidad que se nos muestra tiene que hacernos reflexionar sobre la adaptación de los contenidos de salud (tanto los que son informativos como los que son publicitarios) a las nuevas formas de relacionarse en la Red.

Asimismo, se observa un crecimiento exponencial de la búsqueda de información de salud online, especialmente en la categoría ‘Pharma’, hasta llegar a un 230 por ciento anual. Ante este dato se debe encender una luz de alarma, ya que podemos encontrar mensajes como: “Remedios caseros para curar el cáncer”, cuando tecleamos en el ordenador la palabra “cáncer”. O: “La cura de todos los cánceres”, que es el título de un libro en el que, entre otras afirmaciones, se recoge que cuando se lea la citada publicación podrá comprobar que “todos los cánceres son iguales”, y se promueve el abandono de radioterapia o quimioterapia. Urge combinar información y formación sobre salud en la población. Además, en la actualidad ya podemos dirigirnos a audiencias que frecuentan determinadas redes sociales, y merece la pena que en ellas se incluyan contenidos publicitarios, empezando por las propias autoridades sanitarias. Las campañas de educación sanitaria deben adecuarse a la audiencia y perseguirla si es preciso, porque nos jugamos la salud.