| domingo, 28 de junio de 2009 h |

Yolanda Martínez, doctora en Periodismo y profesora de la UCM

Hace una década estaba en apogeo esgrimir el gasto farmacéutico como el culpable de todos los males del SNS. El dedo acusador de los responsables políticos apuntaba al incremento de la factura en medicamentos, siempre fuera del hospital, para encontrar el eje del mal. Ahora la moda es otra. Desde que las comunidades autónomas asumieron las competencias sanitarias, la intervención en la evolución del SNS del Gobierno central ha mermado. Pero la función representativa sigue ahí y la salida a la palestra sus responsables es una realidad. En los últimos cinco años se ha evidenciado una reducción del crecimiento de la factura farmacéutica financiada por el SNS, sin que hayamos visto un posicionamiento para cambiar un mensaje que antes no era cierto y ahora ha cambiado radicalmente. Habría que pedir a que admitieran que el consumo en medicamentos no era el “peligro amarillo” para la sostenibilidad del SNS y que sus cifras de crecimiento se han ralentizado. Dar un mensaje en positivo de vez en cuando.

Cuando la factura en medicamentos del SNS crecía interanualmente por encima de los dos dígitos no había rueda de prensa huérfana de datos apocalípticos. Nada se decía de la dimensión real del problema, que estaba y está relacionado con un Estado de bienestar que hace crecer exponencialmente las demandas sanitarias de una población que, además, envejece. Hoy el gasto medio por receta baja un 1,05 por ciento y el crecimiento interanual es del 0,59 por ciento, mientras que hace diez años crecía un 7,5 por ciento. El gasto del mes de mayo se incrementó en un 3,41 por ciento respecto al mismo mes de 2008 y el interanual un 5,01 por ciento, por lo que mantuvo su moderación y repitió el registrado en abril. Estos mensajes positivos no tienen tirón mediático para los responsables sanitarios.

Ahora se llevan las encuestas. Una de las últimas que han dado a conocer el Ministerio ha sido la Encuesta Escolar sobre Drogas. Parece que los mensajes no alarman aunque yo creo que son preocupantes. Hay una proporción importante de los escolares presentan conductas de policonsumo. Las combinaciones entre cannabis, alcohol y tabaco y cocaína, alcohol y otros estimulantes son algunas de las conductas de consumo combinado. Además, revela un aumento de las borracheras y la proporción de consumidores de drogas aumenta con la edad, y alcanza su máximo entre los estudiantes de 18 años. Ante este cuadro, el Ministerio firmará un convenio con asociaciones de padres para implicarlos directamente en la prevención del consumo de drogas. Ya sabemos que la moda será diagnosticar bien los problemas y la solución a esperar a que caiga del árbol, como la fruta madura.