La toma de cualquier decisión requiere analizar, interpretar y valorar la información existente, de modo que podamos hacer frente a los retos existentes. Elegir sin analizar los datos disponibles sería como conducir a ciegas y dejarlo todo a la intuición. Algo muy peligroso.
Desde esta columna he criticado en numerosas ocasiones la falta de datos que tenemos en nuestro país. Es frecuente que se haga público el resultado del análisis de diferentes indicadores mucho tiempo después de su recolección, con lo que su valor decae enormemente y puede hacer tomar decisiones equivocadas en función de la realidad del momento. En este sentido, durante los primeros años de crisis 2009-2011 hemos visto asombrados cómo los datos de inversión en I+D seguían creciendo. Lógicamente, no era cierto y se debía a que hacía referencia a datos entre 2007 y 2009. Es un ejemplo.
Esta semana nos hemos enterado de que se ha eliminado del Plan Estadístico de 2014 la previsión de publicar datos sobre consumo farmacéutico hospitalario. Cierto es que no se pierde nada, porque nunca hubo nada. Y es que, a pesar de que en septiembre de 2010 representantes del Ministerio de Sanidad anunciaron que los datos se publicarían trimestralmente, nunca llegó. Pero siempre cabía la esperanza de que en algún momento esos datos pudieran llegar a ser publicados y manejados por todos los agentes interesados.
Parece claro que el Gobierno ha desistido de tratar de recabar infructuosamente los datos de las distintas comunidades autónomas porque ellas han mostrado recelos a ofrecerlos. Como si fueran su tesoro. Pero lo único que es meridianamente claro de esta posición es el miedo que algunos tienen a ser comparados con otras autonomías y salir perdiendo. Ese es el riesgo a corto plazo de la transparencia. Pero también es el incentivo a la mejora, el mismo empuje que genera la existencia de competencia ya que si no, lo fácil es acomodarse y seguir haciendo las cosas como siempre, sin preocuparnos en mejorar.
La falta de transparencia, por tanto, es una de las principales causas del déficit de datos e indicadores. Pero no solo de indicadores, también de información pura y dura. Y en este caso, me gustaría señalar mi asombro por el hecho de que el Ministerio de Sanidad haya decidido, desde hace ya más de año y medio, no publicar el resultado de las decisiones que toma la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos. Una decisión que, como la de cualquier comisión oficial debería ser pública. De nuevo volvemos a una falta de transparencia que lo único que nos puede deparar es un futuro más negro.
La falta de transparencia es causa de los déficit de datos, indicadores e información clave
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