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Madrid
Leer detenidamente las instrucciones de uso de los medicamento, tal como nos recomiendan los anuncios, puede resultar todo un desafío intelectual. Es la conclusión que se desprende de un estudio piloto del Hospital Universitario San Juan de Alicante sobre la comprensión de los prospectos presentado en el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna, celebrado en La Coruña el pasado 22 de noviembre.
La investigación llevada a cabo reveló que el 30 por ciento del grupo de trabajo, formado por 32 pacientes con una edad media cercana a los 60 años, no comprendía el contenido de los prospectos. Una de las autoras del estudio, María Gracia, achaca estos problemas de comprensión “a la abundancia de palabras y expresiones técnicas que en ocasiones sólo entiende el especialista”, expone.
Unos tecnicismos que aumentan, según señala, “en función de la complejidad de la dolencia sobre la que actúa dicho medicamento”. Por ello, esta experta aboga por la claridad del lenguaje para conseguir pacientes más satisfechos con los tratamientos (hasta un 40 por ciento de los pacientes decide si tomar el fármaco en función de lo que lee en el prospecto).
Asimismo, este estudio descubre los motivos de los pacientes para leer los folletos. La mayor parte los leen por miedo a los efectos adversos del fármaco y “no para conocer las indicaciones”, tal y como señala esta doctora del hospital alicantino. En menor medida, también intervienen el interés por conocer las características del medicamento y comprobar su posología.
Las autoras del trabajo, Gracia y su compañera Elena Calabuig, se plantean realizar otro estudio con una muestra más amplia para confirmar estos resultados y analizar otros aspectos del tratamiento farmacéutico. Así, entre otras consideraciones, las autoras evaluarán en qué medida la claridad del prospecto determina la completa adherencia al tratamiento.