Xavier Tarradas es presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac)
Vista la reacción producida por algunos de los titulares publicados por EG, que destacaban que para Fefac la reunificación con FEFE no es un tema prioritario, me gustaría realizar algunas matizaciones. Esta afirmación se enmarcaba en unas declaraciones en las que manifestaba la realidad de unas relaciones correctas con FEFE, así como un planteamiento de futuro de posible reunificación. No obstante, en estos momentos, cuando acabo de asumir la presidencia de Fefac y después de cinco años como presidente en la empresarial de Gerona (AGFE), es cierto que no es un objetivo prioritario hacia el que pensemos dirigir nuestros esfuerzos más inmediatos. Sin embargo, en su momento deberá plantearse y, de hecho, ya se han producido contactos y reuniones en este sentido. Quisiera apuntar que no considero que el que existan dos empresariales sea la mejor situación. Pero, aunque es cierto que hay diferencias entre ambas, no estamos en el peor de los escenarios. No hay que dramatizar este tema. De hecho, existen otros sectores con diferentes asociaciones empresariales y más de una con representación nacional, y no necesariamente debe interpretarse como una postura de debilidad ni enfrentamiento.
Pero volviendo a nuestro colectivo y haciendo una breve reflexión histórica, las empresariales de Cataluña dejaron FEFE en 2003, mientras que las de Madrid y Cartagena lo hicieron más tarde para, posteriormente, en 2006, crear Fenofar como órgano de representación en el ámbito estatal. Cuando se escindieron de FEFE las empresariales catalanas, aunque yo no ocupaba entonces el cargo de presidente de la empresarial de Gerona, es evidente que la ruptura se produjo por discrepancias importantes que entre todos no fuimos capaces de solucionar mediante el diálogo. Por este motivo, la posible reunificación futura, en caso de producirse, tendrá que hacerse desde una profunda reflexión, voluntad de comprender y crear a partir de las razones de ambas empresariales, con posturas abiertas a cualquier cambio necesario para conseguirlo.
Todo esto nos lleva a distintos planteamientos posibles: desde una relación cordial y de colaboración puntual en determinados temas, a la creación de una confederación o a la unión de las dos empresariales en una única. Todo va a depender del proceso de diálogo y de negociación. En cualquier caso, lo que seguro no va a producirse, o al menos no lo deseamos, es un enfrentamiento entre ambas empresariales. Pero tampoco un retorno a FEFE sin condiciones y en la misma situación que nos encontrábamos cuando se escindieron las empresariales que ahora conformamos Fenofar.
Creo que nunca las prisas fueron buenas consejeras y, en este caso, todavía menos. Después de una primera ruptura y existiendo en este momento buena predisposición a entablar un diálogo, debemos empezar trabajar sin prisas, pero sin pausas.