Teva ha puesto en marcha una campaña audiovisual para promover la ‘coexistencia pacífica’ entre medicamentos genéricos e innovadores, poniendo en valor las distintas aportaciones que realizan unos y otros al sistema y a la salud de los pacientes. El mensaje es claro y contundente: sin innovadores no habría genéricos; sin genéricos no habría innovadores.
Por este motivo, desde la compañía advierten que es necesaria “la coexistencia de una industria fuerte en el ámbito de los genéricos, así como en el de los medicamentos innovadores”. “No existirían medicamentos genéricos si no se generara innovación, ni se investigaría en la misma medida si no existieran los genéricos”, dicen.
Por un lado, según Teva, las EFG son una pieza clave de la sostenibilidad del sistema. Sin esta sostenibilidad sería impensable el acceso de los pacientes a los nuevos tratamientos, ya que los recursos que se ahorran con el uso de los genéricos pueden ser invertidos en la financiación de las innovaciones farmacéuticas. Unido a esto está el hecho de que las patentes expiren y se de lugar a la entrada en el mercado de los fármacos equivalentes. Esto genera inquietud en la industria innovadora que se traslada en un mayor esfuerzo investigador para conseguir aumentar la rentabilidad.
El caso de Teva, que está presente en ambos mercados, es uno de los más paradigmáticos, aunque no el único. Grandes compañías como Novartis o Pfizer, vinculadas tradicionalmente con la innovación, tienen su sello en el ámbito de los genéricos.