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Si durante los últimos años se ha venido hablando de 18 modelos de carrera profesional “diferentes, distintos y distantes” —no se han conseguido homologar a pesar del intento del Ministerio de Sanidad con una resolución de enero de 2007— la irrupción de la crisis económica ha supuesto un “parón” e incluso una “marcha atrás” de ésta en algunos servicios de salud.
Según explican Vicente Matas y María Jesús Hidalgo, del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (Simeg), comunidades como Aragón, Castilla y León, Madrid, Murcia —sólo lo cobran los mayores de 59 y 64 años— y La Rioja no han llegado a implantar el nivel 4 retribuido con lo que se puede dar la paradoja de que facultativos procedentes de otros servicios de salud que hayan pedido el traslado estén cobrando una cantidad a la que no pueden acceder los profesionales de esa región. Por otra parte, existen servicios como el catalán y el andaluz en los que teóricamente sí se puede acceder al cuarto nivel pero en la práctica es muy “complicado” y “excepcional”.
Este informe comparativo también constata que el reconocimiento de nuevos niveles y la progresión en los mismos está suspendida en Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Madrid, Murcia, La Rioja y Valencia, mientras que en Andalucía ya se han producido pérdidas de nivel previamente retribuido y en Baleares se ha suspendido el pago completo del nivel, reduciendo éste al 75 por ciento, excepto para los mayores de 60 años que sí perciben el porcentaje total. En el mismo sentido, la región valenciana ha recortado, desde el 1 de marzo, hasta el 50 por ciento del importe que venían cobrando a partir de 2010, que era el total de su nivel reconocido.
Otra de las grandes “injusticias” que recoge el documento es que los servicios prestados como residentes sólo se computan, o está previsto computarlos, en Baleares, Castilla-La Mancha, Extremadura —únicamente en el periodo extraordinario—, Murcia y Comunidad Valenciana, aunque también se dan diferencias en otras categorías o especialidades. En cuanto a los importes de los niveles, que desde el inicio también han sido dispares, la brecha se ha incrementado aún más entre 2008 y 2011, alcanzando los 1.533,73 euros al año entre la retribución máxima y la mínima para el nivel 1 —un 57,59 por ciento— y los 6.233,16 euros al año para el nivel 4 —un 74,80 por ciento.
Por todo ello, Matas e Hidalgo insisten en la necesidad de homologar las carreras para que sean “consolidables”, cuenten con importes similares y con cinco años por nivel, incorporen los servicios prestados en cualquier categoría —incluido el MIR—, reconozcan a los interinos y funcionarios, contemplen los mismos baremos y existan convocatorias anuales, entre otros puntos.