| viernes, 22 de febrero de 2013 h |

¿Qué hospital de Madrid tiene adscritos a 320 pinches de cocina que son estatutarios?

¿Para qué empresa ha empezado a trabajar un antiguo consejero de Previsión Sanitaria Nacional (PSN)?

¿Cuánto recibe por sus trabajos?

¿Qué director de comunicación se mantendrá en su puesto porque la empresa que le paga no tiene presupuesto para rescindirle el contrato?

¿Qué reciente iniciativa relacionada con los medicamentos ha puesto a toda la industria en contra de un consejero de Sanidad?

Si 2012 fue el año de las cuentas imposibles, 2013 será el de la cuadratura del círculo. A falta de que terminen de tramitarse de forma de definitiva los proyectos de ley de presupuestos en Galicia, Cataluña y País Vasco, y de que se constate la prórroga del navarro, los números pintan feos para las consejerías de Sanidad, los gerentes, los agentes del sector y los pacientes. En algunos feudos las cuentas para afrontar los gastos son tan raquíticas, que será difícil que pueda librarse de los recortes un solo estamento de la cadena sanitaria. Las cifras en poder de Farmaindustria son demoledoras. En 2012, las autonomías dispusieron de 172.891 millones de euros para prestar todo tipo de servicios a sus ciudadanos. En 2013 se reducirá hasta los 164.463 millones de euros, un 4,87 por ciento menos. Obviamente, la Sanidad sufrirá en sus carnes los mayores ajustes, al ser responsable de casi un tercio de los presupuestos globales.

Este año, los consejeros del ramo tendrán 53.612 millones para gestionar sus hospitales y centros de salud, y proporcionar medicamentos a los pacientes. En 2012, la cantidad fue un 5,97 por ciento superior, 57.019 millones. El descalabro llega de forma especial por la prestación farmacéutica a través de recetas y farmacias. En 2012, las autonomías contaron con un presupuesto global para este concepto de 9.947 millones de euros. En 2013, la cifra será de 8.497 millones de euros. El ajuste rondará el 14,6 por ciento. ¿Tan efectivas serán las medidas de ahorro del Ministerio de Sanidad como para que los gobiernos regionales acometan tal ajuste? No lo parece, por lo que pueden pronosticarse importantes tensiones de tesorería, salvo que el ministro Cristóbal Montoro se saque de la chistera un nuevo plan de pronto pago que beneficie a las boticas. Por autonomías, el ajuste farmacéutico será especialmente draconiano en Levante: Murcia tendrá un 33,26 por ciento menos para costear sus medicinas prescritas en atención primaria; Valencia dispondrá de un 31 por ciento menos. En Extremadura, el ajuste llegará al 28,30 por ciento, y en Asturias, será del 22,36 por ciento.

El pago de los fármacos en hospitales tampoco pinta bien, al caer el presupuesto global sanitario. Sorprende la reducción de fondos en Extremadura, un 27,23 por ciento, y Murcia, un 15,20 por ciento. Madrid, que está en el centro de la diana por sus supuestos recortes y anhelos privatizadores, apenas verá reducido este año su presupuesto sanitario un 0,85 por ciento. ¿Qué se esconde tras la crudeza de todas estas cifras? Angustias financieras, dilaciones en los pagos a los proveedores, facturas en los cajones, duros ajustes de personal y nuevas medidas draconianas para cuadrar un círculo imposible. La Sanidad se enfrenta a un nuevo callejón sin salida, más estrecho que el del pasado año. Es imposible pagar más con menos.