Sergio Alonso es redactor jefe de ‘La Razón’
La nueva Organización Médica Colegial (OMC) de Juan José Rodríguez Sendín no parece aprender de sus errores del pasado. Bajo el mandato del mal aconsejado Isacio Siguero, la entidad que debería representar a todos los facultativos españoles decidió echarse en brazos del PSOE y del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, apoyando una ley tan estéril como incomprensible para la economía española: la del vino. Como era previsible, el propio Ejecutivo derribó la norma y dejó colgados de una brocha a los compungidos líderes colegiales. Hace semanas, el PSOE volvió a dar una muestra de la estima que siente por la entidad colegial, ignorando la lastimera llamada de sus dirigentes en la guerra que mantienen con Máximo González Jurado por la prescripción alternativa. Al final, todos los socialistas, incluida Elena Salgado, autora de la ley fracasada, se pusieron del lado de los enfermeros, ratificando con sus votos un vapuleo como no se recordaba igual en años para cualquier sector económico o profesional en el Congreso. Ahora, no satisfechos con la experiencia, los líderes colegiales vuelven a echar un capote a la izquierda, poniendo a su servicio como altavoz la propia sede de la OMC, la que debería ser la casa de todos los médicos.
No. Lejos de hablar de la situación laboral de los médicos que trabajan en hospitales públicos sujetos al Derecho Privado en Andalucía, de la dejación del Ministerio a la hora de eliminar las trabas idiomáticas que impiden la libre circulación entre comunidades, del coladero que es España en cuanto a homologaciones de títulos, o de la aberración que supone que las menores de 16 años puedan abortar sin permiso paterno, Rodríguez Sendín y sus huestes prefieren dar cabida en la OMC al debate del área única, tema que poco o nada importa a los facultativos de Galicia, País Vasco o Cantabria, y que sí interesa, y mucho, a Tomás Gómez y al PSOE de Madrid para atacar con él a Juan José Güemes y a Esperanza Aguirre. El protagonismo lo tendrá la Red Municipal de Madrid, una entelequia ideada desde Rivas Vaciamadrid, no de derechas precisamente, cuya trascendencia en el sector es escasa, por no decir nula. Sus promotores son los mismos que en pleno debate sobre la polémica de las sedaciones, lanzaron proclamas a favor de la muerte digna y de la actuación de Luis Montes en el Severo Ochoa. Proclamas, en definitiva, en contra del PP y de sus dirigentes.
La jornada, prevista para el 24 de junio, despertó una reacción inusitada en la calle Génova, que parece tener claro ya que la OMC será fuente de disgustos y foro desde el que se alzará la voz en contra de sus políticas sanitarias, allá donde gobierne. La lista de ponentes es reveladora: al margen de Antonio Burgueño, figuran Adolfo García, presidente de la RMS, Marciano Sánchez Bayle, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Lucas Fernández, del PSOE, Caridad García, de IU, y un representante del PP por determinar. A la vista de la experiencia de la prescripción enfermera… ¿qué les reportarán a los facultativos españoles iniciativas de este tipo?
¿Qué cargo de la Consejería de Sanidad de Madrid dio la voz de alarma en Génova al tener conocimiento de la celebración de la jornada sobre el área única en la sede de la OMC? ¿Qué nueva sorpresa judicial va a sacudir los cimientos del Colegio de Médicos de Madrid?
¿Qué alto cargo del Ministerio de Sanidad tiene la costumbre de consultar todos sus proyectos con un consejero de Sanidad socialista antes que con José Martínez Olmos?
¿Qué medio de transporte utiliza Trinidad Jiménez para abandonar el ministerio a la vista de los funcionarios que salen a la calle a fumar?
¿Qué consejero de Sanidad del PP recibe motes despectivos por parte de dos altos cargos del ministerio?