Reivindican en su congreso nacional su papel como profesional de la salud
La integración debería realizarse junto a profesionales médicos y de enfermería
Toni Martínez
Valencia
Romper la imagen del farmacéutico como un simple dispensador de medicamentos y poner en valor su figura como especialista en salud tanto a nivel social como profesionalmente deben ser algunos de los retos que debe afrontar la profesión en tiempos de crisis económica. Así se puso de manifiesto durante el IV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos Comunitarios (Sefac) celebrado la pasada semana.
Para ejemplificar por dónde podría ir esa defensa de la profesionalización de los farmacéuticos, Olivier Bugnon, responsable de Calidad de la Policlínica Médica Universitaria de Lausana, explicó avances en la remuneración de servicios cognitivos en Suiza. En este sentido, indicó que la farmacia debe estar ligada al sistema sanitario y ahora “es el momento de debatir cómo ha de ser esa integración y hacer ver a las administraciones que la intervención farmacéutica ahorra”. Un ahorro que, según él, debería servir al farmacéutico para mejorar la calidad y los resultados.
En este sentido, explicó un caso concreto de venta de un fármaco (Voltaren) en Suiza, donde una parte del precio final de venta al público va destinado al farmacéutico como pago de la validación del medicamento, del tratamiento y por la sustitución genérica, conceptos que representan un 4,8 por ciento del total. Asimismo, Bugnon defendió otras prestaciones que se practican o que se negocian en el sistema suizo, como las que se dan por la programación de cajas de pastillas semanales o por la atención a pacientes polimedicados para ver si cumplen adecuadamente el tratamiento.
Igualmente, recordó que en su país, desde 2009, se producen bajadas en los precios de los medicamentos, y la única forma de mantener los ingresos “es por el cobro de los servicios cognitivos”. En vista de esta situación, apostó por negociar nuevas prestaciones para la farmacia en función de la situación de actores de la salud pública.
Sobre este aspecto, Bugnon manifestó que el farmacéutico debía “estar atento al campo de la asistencia a las personas mayores y hay que prepararse para la cibersalud, con el riesgo que hay de que los medicamentos no pasen por la farmacia sino que vayan directamente desde los hospitales”.
Integración con AP
Otro de los puntos que se trató durante el encuentro fue la petición de que se favorezca la presencia del farmacéutico en los centros de salud, para que sus intervenciones tengan una comunicación clara con el resto de profesionales, bien sea con la participación en reuniones o incluso en sesiones clínicas. Vicente Baixauli, vicepresidente de la Sefac, defendió que “el farmacéutico no solo está para la dispensación, sino que muchas veces está para ayudar en problemas de salud menores y para derivar al médico si es necesario”.
Baixauli aseguró que gracias a esta actuación se lograría quitar una gran carga asistencial al sistema público ya que, según explicó, “el farmacéutico puede aportar un gran valor en todo lo que se refiere a la prevención de los problemas relacionados con la salud” debido a situaciones relacionadas con el uso del medicamento. De hecho, según algunos estudios, uno de cada cinco de los ingresos hospitalarios podría ser evitable si se hubiese tenido una buena atención farmacéutica anteriormente.